TERESA GARCÍA
www.laprovincia.es
Los murales del paseo de Las Canteras peligran por la falta de mantenimiento y las agresiones de las que son víctimas. Varios de ellos han desaparecido ya y los que quedan aguantan a duras penas, golpeados por el sol, el marote y, sobre todo, por la falta de respeto de los propietarios de las medianeras. Uno de esos murales, el que pintó el desaparecido artista Manolo Padorno en el paseo de Las Canteras, está a punto de desaparecer por las obras que los propietarios del edificio van a efectuar en la medianera en la que el artista plasmó su obra hace ya 18 años.
El mural, denominado Carretera del Mar, acaba además de ser víctima de un atentado. Desde hace algo más de tres semanas, un cartel publicitario tapa parte de la obra. Los vecinos han solicitado la intervención del Ayuntamiento de la capital grancanaria para que impida que la obra desaparezca, pero desde el consistorio se les ha dicho que la obra carece de protección y que no puede hacer nada porque está instalada en la pared de un inmueble privado.
El de Padorno no es la única obra que ha sufrido agresiones. En las cercanías del hotel Cristina, por las inmediaciones de la calle Hierro, un restaurante ha plantado una gran chimenea en medio de un mural pintado por José Antonio García Álvarez. Un poco más adelante, otro fresco de García Álvarez, en el que flota una gran aguaviva, está a punto de desaparecer, ya que la humedad se extiende por la medianera, por la que se entrecruzan cables y otra chimenea.
Los murales fueron pintados hace más de 18 años para eliminar la penosa imagen de las enormes medianeras del paseo de Las Canteras y llenar su paisaje de arte urbano. Sus autores, Manolo Padorno, fallecido hace diez años, José Antonio García Álvarez y Fernando Álamo fueron conscientes desde el primer momento de que se trataba de una obra efímera, que con el tiempo se perderían a medida que se reconstruyeran los edificios, como ha pasado con algunos, pero García Álvarez y Álamo consideran que ha habido agresiones que se podían haber evitado.
En el caso concreto de la medianera donde Padorno pintó su Carretera del Mar, situado a la altura de la calle Los Martínez de Escobar, los vecinos necesitan reformar la pared, porque la humedad de la misma les está afectado a sus casas, explica García Álvarez.
>> Noticia completa en laprovincia.es<<