Unas pocas líneas para despedir a Manolo Fabre. Gran playero desde los tiempos del albornoz para ellas y bañadores largos para ellos. Desde su casa frente a la Peña la Vieja cada día veía despertar la playa y le daba las buenas noches al finalizar cada jornada, fue devoto admirador y poeta de las hermosas puestas de sol que cada día nos brinda el universo. Era uno de los fundadores de la Carta de la Peña la Vieja, fiel a su cita con sus supervivientes compañeros cada primero de enero, su estampa estará inmortalizada para siempre en nuestro documental sobre la playa. Un placer haberte conocido Manolo.