Ahora que los escolares visitan el belén de arena para rellenar los últimos días del trimestre, hechos los exámenes y puestas las notas, se acerca el momentazo feliz de las vacaciones de Navidad, las cuales podrán disfrutar descansando en la playa, lejos del cole, si el tiempo lo permite y se estabilizan los días cálidos (las borrascas para el curso).
Pero la playa es también un aula abierta, un espacio natural donde formarse física y mentalmente, y las vacaciones, un periodo más libre para la formación. Desde la práctica del deporte playero, tanto en la arena como en el mar, los escolares, de vacaciones, disfrutan y cuidan su salud. Jugando al fútbol o a las palas en la Cícer, los jóvenes conviven además con personas de otras edades, hacen equipo y se alejan de vicios y malas costumbres; sobre una tabla de surf, el joven escolar aprende a amar el amar, que es la otra tierra del isleño, y descubre su cuerpo de delfín. Y es la playa en vaciones tiempo mágico para leer ese libro que despierta en el escolar el gusto por la lectura y le descubre otra dimensión de la vida, de su propia vida. Un libro que bien podría encontrar en la biblioplaya.
Nosotros esperamos de todos corazón que los escolares (y cómo no sus profesores) hayan alcanzado sus objetivos académicos y hayan cumplido con sus obligaciones y que ahora sepan aprovechar las vacaciones conviviendo educadamente con los playeros y respetando el medio. Porque para el ocio y el descanso también hay que saber hacer, hay que ser competente.
Luis del Río García
En Las Canteras, a 21 de diciembre de 2010
¡Feliz Navidad!