Ni nosotros ni muchos de los jóvenes, con sus padres, aficionados al baloncesto en la Plaza de Churruca, comprendemos la decisión municipal de quitar dos aros, uno de cada cancha, dejando los dos campos de baloncestos inservibles para jugar partidos. Ésta ha sido la causa de que este verano se aburrieran muchos jóvenes que usaban dichas canchas para practicar su deporte favorito. Sin contar con la liga filipina de baloncesto que cada domingo animaba y daba colorido al lugar. La política de este ayuntamiento, desgraciadamente, es no fomentar el deporte más básico para evitar que nuestros jóvenes acaben sentados en un zaguán practicando el botellón. ¿Es ésa la educación integral que queremos para la juventud de esta ciudad?
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