Las noticias proceden de distintos buceadores deportivos, y de científicos que están realizando campañas de seguimiento de esta especie, y de otras cuestiones sobre la biodiversidad marina.
Debemos recordar que en 1983, la epidemia que atacó a esta misma especie en el Caribe, eliminó de promedio al 98% de los individuos, superando el 93% en todas los focos examinados, alcanzando un área de 3,5 millones de kilómetros cuadrados, lo que dificultaba enormemente el seguimiento de la plaga. En febrero de 1884 la epidemia se detuvo después de extinguir prácticamente esta especie de equinodermo en las Antillas.
Los síntomas que presentaban entonces la Diadema en el Caribe y los que se están empezando a describir en los foros de buceo, y en los grupos de interesados, parecen coincidir, por lo que podemos estar ante el mismo problema que se está repitiendo en Canarias. La experiencia del Caribe fue que la epidemia no se detuvo hasta la extinción casi completa de la especie, y los efectos de aquella permanecieron durante al menos dos décadas hasta que se han empezado a reportar indicios de la recuperación.
A las fechas que estamos, acabando el verano, las noticias parecen indicar que las tasas de mortalidad han descendido en distintos lugares. Sin poner en cuestión las campañas de erradicación de la Diadema antillarum en Canarias http://www.controldiadema.org/ , propongo algo muy sencillo, lanzar a todos los centros de buceo que visiten los fondos de la isleta y la bahía del Confital un aviso para que en un correo muy sencillo y con alguna fotografía, si es posible, reporten lo que hayan visto, teniendo en cuenta el lugar de buceo, la profundidad, las condiciones de mar, la fecha y hora, y los comentarios que consideren añadir.
Fotos: Vicente Benítez Cabrera