A Lady Harimaguada le ha salido un ligue: Exordio, el Tritón. Alto, fuerte, con cola y caracola; parado que se ganará el puesto en la dura Laja dándonos la bienvenida a la muy noble y muy leal ciudad de Las Palmas de Gran Canaria cuando entremos por el sur. Será el asombro de los guiris que, tras bajarse del chárter o dejar un día el apartamento de la playa, decidan hacer turismo cultural en la ciudad.
Lady Harimaguada siempre ha estado allí muy sola y tentadora con sus hermosas curvas y su aire de miss. En cierta ocasión, borrachines de marea y vagabundos sin techo de los alrededores le hicieron compañía pero era tal la mala vida que le daban que el padre de la Harimaguada pidió a la municipalidad protección para ella.
Y ahora, blanca y radiante como una novia, Harimaguada verá cumplido su deseo cuando aparezca el Tritón del mar. Acaso el señor alcalde celebre sus nupcias por lo civil, y después en San Cristóbal coman pescadito y duerman su noche de bodas en el castillo, que es el sueño secreto de la Lady.
De viaje de bodas, ¿por qué no una travesía interinsular con la vela del Parque San Telmo?
Luis del Río García
La Laja, 15 de agosto de 2010