“Necesito el mar porque me enseña.”. Pablo Neruda

El Gobierno de Canarias declara la alerta por fenómenos costeros a partir de las 22.00 h. de este jueves: la previsión meteorológica apunta a mal estado del mar con oleaje de mar combinada de cuatro a seis metros de altura.

Se le rendirá un homenaje a ITALCABLE. Será el 27 de mayo del 2010 a las 7 de la tarde

El 27 de mayo del 2010, a las 7 de la tarde, se llevará acabo un homenaje a ITALCABLE, consistirá en la colocación de una placa en el actual Edificio Italcable sito en el paseo de Las Canteras. Al frente de esta iniciativa están el Sr. Cónsul Honorario de Italia Giuseppe Carlo de Blasio y Luis Maccanti como hijo de uno de sus empleados , D. Ugo Maccanti jefe de la sección técnica.

El texto de la placa será:

ITALCABLE

COMPANÍA ITALIANA DE CABLES TELEGRÁFICOS SUBMARINOS

Inauguró su sede en este lugar el 12-X- 1925 prestando sus servicios hasta el 30-IX-1970.

El recorrido del cable era: Anzio ( Roma)- Málaga-Las palmas de Gran Canaria-Buenos Aires.

En recuerdo de su contribución a las comunicaciones entre Europa y América.

A sus Trabajadores italianos y españoles, que en ella prestaron servicio.

Las Palmas de Gran Canaria, Mayo 2010.

Extracto del libro Blanco de Las Canteras:

En 1883 se inauguro el cable telegráfico submarino Cádiz-Canarias, que comunicaba el archipiélago con la Península y a unas islas con otras; el enlace alcanzaba desde Tenerife a la Playa de Las Canteras con la sede del edificio Italcable, y desde allí comunicaba con Lanzarote desde el litoral de Santa Catalina, por lo que existía otra central de la empresa en el parque Santa Catalina.

Los que conocieron la casa de Italcable en Las Canteras, a la altura de la actual calle Gravina, no han podido olvidarla. Se trataba de una enorme construcción con una enorme terraza y grandes también sus habitaciones, llenas de ventanas con contraventanas de madera y un suelo de baldosas antiguas que resultó sepultado cuando se produjo su demolición. En el piso de abajo se ubicaba la sala de máquinas, donde los teletipos trabajaban día y noche para comunicarse con todo el mundo, y en su trasera un gran terreno de arena donde los chiquillos jugaban a cualquier cosa que les viniera en gana. Las familias de algunos de los jefes de Italcable, fundamentalmente italianos, se habían establecido en la casa y de ella disfrutaban lo mismo que de las pistas de tenis que la empresa se había hecho construir en lo que llamaban la gota de leche, después reformatorio y finalmente Escuela de Artes Aplicadas donde disputaban sus partidos con los ingleses radicados en la Isla.

Los telegrafistas se permitían el lujo de tertuliar en las puertas de Italcable con este o aquel y, como en el Oeste que se nos presenta en los largometrajes, corrían hacia las máquinas cuando éstas hacían el más mínimo ruido por si alguien precisaba conectarse de manera urgente con algún vecino de la zona. Italcable desapareció con el avance de la tecnología y cómo no, con el del Paseo de Las Canteras, dejando un recuerdo agridulce entre aquellos que la conocieron que, sin embargo, no han podido olvidar de qué manera el enorme edificio miraba al mar como si adivinara las noticias que le iban a arrojar las máquinas que albergaba en su seno. En su lugar de ubicación se levanta ahora un edificio de apartamentos que lleva su mismo nombre.

Marion Cavanis, hija de uno de los ingenieros, fundador y director de Italcable . mantiene en sus recuerdos su estancia en aquellas instalaciones, donde rememora el olor particular a salitre y la frescura marina que se respiraba en su ambiente.

“ La casa como decía al principio tenia magia, era alegre, el sol entraba por todas partes. Dando al mar, había una terraza muy grande que hizo las delicias de mi niñez. Los cuartos eran amplios con grandes ventanas, los suelos de baldosas antiguas que tanto me siguen gustando. En el piso de abajo la sala de máquinas, donde los teletipos trabajaban día y noche para comunicarse con todo el mundo. Detrás de la casa había un gran terreno de arena, donde jugaba con mis amigas y me divertía a no más poder…. Hoy ya no existe. Hace unos años la derrumbaron y en su lugar para no desentonar con el entorno, construyeron una horrible mole de cemento, sin pensar en nuestra playa, donde tanta falta hace un poco de verde. Que bien si la hubieran destinado a ser un centro cultural, Biblioteca, Conservatorio, Museo del Mar…..rodearlo de árboles, palmeras, hibiscos dando así un poco de vida a esa tristísimo avenida de Las Canteras”

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