“En el mar no hay pasado, presente o futuro, sólo paz”. Jacques Cousteau

Calor y algo de calima. Mar como un "plato"

Y pa´l año que viene, ¡San Fermín!

¡Qué bien! ¡¡Estoy taaaan contento!! ¡¡Con lo que me gusta a mí un tenderete!!

La feliz noticia no es otra que la acertadísima decisión del Ayuntamiento de la capital de volver a celebrar una fiesta que a los canarios nos toca muy de cerca… ¡¡La Feria de Abril de Sevilla!! De acuerdo que a lo mejor, puestos a medir con una cinta métrica, nos quedaba un pizco ‘más cerca’ el Carnaval de Cádiz, pero tampoco nos vamos a poner exigentes ahora…

Todo el mundo sabe que a los canarios, nada más nacer, nos adornan la cuna con farolitos y, en vez de sonajero, nos colocan entre los dedos castañuelas. Una de las primeras imágenes que guardo en mi mente de mi época de bebé es la de mi madre, dándome el pecho ataviada con su típico traje de faralae. ¡Olé mi madre!

Mis hermanos, bailaor uno, torero el otro, al recordar el día de mi llegada al mundo, cuentan entre risas cómo mi padre, preso de los nervios, se hartaba de manzanilla en la caseta que la Clínica La Macarena (ahora Santa Catalina) ponía a disposición de los familiares.

Ahora, por fin, las instituciones se dan cuenta del gran valor sentimental que tiene para todos los grancanarios una fiesta tan entrañable como ésta.

Por supuesto no faltarán los de siempre, que se quejarán de que una ciudad como la nuestra, destine tantos medios a una fiesta que, según estos irracionales, debería ser organizada por la Casa de Andalucía. ¡Qué ignorantes! ¿Es que no escucharon nada de la globalización? Además bastante se hizo ya por nuestras romerías…¡¡después de tantos años ya era hora de cambiar!!

A mí me encanta leer en los medios cómo detallan incluso la importancia e influencia de sus vestidos en la moda de los canarios. Yo mañana mismo me compro un bañador de lunares.

Sobre la infinidad de trajes típicos de todas las islas mejor no informar. No merece la pena. ¿Pa´ qué? Mientras el pantalón (vaquero, por supuesto) sea negro y te pongas una buena bufanda en la cintura, vas a pasar desapercibido. Hay que tener en cuenta que lo importante en las romerías no es ni la música ni los trajes ni las carretas, sino que haya un buen lugar para hacer botellón o un buen ventorrillo con reggaeton. Y para eso no hace falta invertir mucho en lo nuestro. ¡Qué suerte que nuestras tradiciones se mantengan solas!

Lo único malo de todo esto va a ser contentar a todos los habitantes de la isla. Dándole vueltas a este hecho se me ocurre, para el próximo año 2.011, la siguiente agenda de festejos:

El Fin de Año con las Campanadas de Sidney. De esta forma, por un lado, ganamos medio día al año que viene y, por otro lado, conmemoramos la grandes actuaciones de nuestra querida tenista Carla Suárez en el Open de Australia.

Para los Carnavales se podrían inundar las calles de la capital, aprovechando que no podemos usar el agua para tomarla, y repartir máscaras del Cinquecento entre la ilusionada población, recordando así a nuestros ancestros de Venecia. A ellos les debemos nuestras más exquisitas pizzerías.

Ya en Marzo, y en vista de cómo se queda la Playa de Las Canteras después de la Noche de San Juan y del creciente reconocimiento de nuestros maestros pirotécnicos, a nivel internacional podríamos sustituir esa fiesta centenaria por unas buenas Fallas, en las que quemar la figura del Roque Nublo o el Faro de Maspalomas. Necesitamos renovar nuestros símbolos y agradecer a Valencia las excelentes paellas de El Pajar.

Con la llegada de Julio, para subsanar el terrible daño que ocasionó a nuestra economía el olvido al que fue relegada nuestra insigne Plaza de Toros del Sur, nada mejor que abrir con un buen chupinazo las Fiestas del San Fermín de Canarias. Ya me imagino a alguna ex alcaldesa huyendo despavorida por las angostas calles de ‘Triana Alta‘ perseguida por algún ejemplar de insigne ganadería.

Y no podríamos terminar este año de celebraciones tan nuestras sin brindar, jarra de cerveza en mano, con cada uno de nuestros queridos turistas que nos traen su alegría y desparpajo característico desde el centro de Europa. La Oktoberfest sería, sin lugar a dudas, el marco idóneo para agasajar a los visitantes germanos, auténtico motor de nuestra economía.

¡¡Olé tus huevos!!

Javi, Tu Rector

http://universidadelbochinche.wordpress.com/

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