Algunas reglas de oro -de dieciocho quilates- que pueden ayudar a conservar el apresto personal y buena presencia, que un día tuvimos cuando sebábamos las olas de las Mareas del Pino, frente a la Peña la Vieja.
Sentado en la arena de la Playa de las Canteras, por allí por Pinito del Oro, cerca de la Peña el Camello, me vinieron recuerdos playeros de hace unas seis décadas por lo menos. ¡Ñó! como pasa el tiempo. Juegos, nadadas, y otros deportes. Siempre estábamos AFO -alegres en forma y optimistas-. Más que por el deporte yo creo que era por la edad. Tú me dirás con 16 o 18 años de edad. En alguna medida he procurado no perder de vista ni de pies, ni de manos el ejercicio físico y no me ha ido del todo mal. Por eso y sin más pretensiones que ayudar con algunas experiencias propias, expongo a continuación varios trucos para reciclar a nuestro favor, los inconvenientes con que nos encontramos en nuestra vida cotidiana. Finalmente, si enfocamos bien la cuestión, veremos que la vida es un gimnasio de asistencia obligatoria y gratuita, que buscándole la vuelta nos puede ayudar en eso del apresto personal y a tener una mejor calidad de vida. Sobre todo a las personas de cierta edad. Sin señalar.
1º.-Evitar las oficinescas sillas con ruedas y retrasaremos el uso obligatorio de las otras. No se lo eche a broma que eso es así.
2º.-Sí, después de sentados y bien arrepollinados, no tenemos a mano el mando de la tele, no llamemos a nadie. Levantémonos despacito flexionando las rodillas lentamente y, sin cabreos ni palabrotas.- (misión imposible 2), reciclemos el inconveniente en un suave ejercicio muscular, que buena falta que nos hace. Hágame caso y no sea cabezudo, verá que a la larga le irá bien.
3º.-No girar el cuerpo con brusquedad cuando, sentado al volante del vehículo, queremos agarrar algo del asiento trasero. Peligro de tortícolis y disloque del hombro con salida de bola. Como poco se te puede quedar una cuerda encaramada. Yo que te lo digo.
4º.-Reír con frecuencia y si cuadra, también de uno mismo pero sin pasarse. Recordemos la estrofa de aquella isa canaria que dice…”ayer maravilla fui, hoy sombra soy”… bueno, pero aquí estamos para lo que se ofrezca. El que hace lo que puede bastante hace.
5º.-Tener presente que el descanso, sin abusar, forma parte del ejercicio físico. Con frecuencia nos empurramos en hacer más deporte del necesario y el resultado es que estamos después con agujetas y medio aplatanados durante algún tiempo. Eso, sin contar meniscos rotos y canillazos con cardenales de concilio. Cada cosa tiene y tuvo su momento. No se me pase y recuerde que tiene cierta edad.
6º.-Aceptar de buena tiempla las arrugas. Cuesta un poco convivir con ellas. Son los surcos, los veriles de los senderos que dan fe de nuestras andanzas por la vida. ¡Oh!, que quiere que le diga, no me voy a amargar por eso. Venga hombre, para tenerlas hay que vivirlas. A marea vacía golpes a la lapa.
7º.-Dejar caer 10 o 12 monedas al suelo y recogerlas una a una. Preferiblemente de dos €, si son de uno o dos céntimos lo más seguro es que se queden para el que barra. Cada movimiento en la faena, hacerlo respirando a fondo. La respiración controlada favorece el comportamiento muscular, evitando calambres y contracciones. A veces subimos una escalera o una cuestilla empinada, sin control respiratorio, y antes de llegar al final estamos dando resoplidos porque nos falta el resuello. El cuerpo humano es como una máquina, si no se usa se atrabanca.
8º.-Ponerse y quitarse los calcetines, o medias, 3 o 4 veces antes de calzarse los zapatos. Es posible que el resultado del buen comer (que no me lo quiten), no nos permita aculumbrar los pies ni siquiera alongándonos. Pero con buen humor y tesón se han conseguido cosas más difíciles. Eso está escrito. No es cosa mía.
9º.-Fregar la loza con agua templadita-no me mire atravesado hombre-que es bueno para la movilidad de las manos artríticas. Es recomendable para las falanges,- las de cara al sol no-, para las de los dedos. Además si el equipo convivente se ha quedado con dos elementos, con más razón todavía. Más vale hacerlo voluntario que obligado.
10º.-Sentarse y levantarse del suelo varias veces. Se puede poner una alfombra o una zalea. En caso de desequilibrio se recomienda agarrarse a cualquier cosa, menos siendo a una repisa que tenga un jarrón encima. Ni se le ocurra. Es preferible llevarse un toletazo, que tener un pleito interconyugal. De los males, el menor.
11º.-Si damos paseos por superficies horizontales, no despreciemos cualquier pequeña escalera que encontremos a pié. Si tiene pasamanos, mejor. Las rodillas te darán las gracias en un próximo y galopante futuro. Ya verá que bien le va. Algún día me lo agradecerá.
12º.-De vez en cuando tratar de alcanzar, con los brazos extendidos, el cielo y el horizonte. Estirar los brazos alternativamente, con exagerada lentitud, tanto hacia arriba como hacia adelante. Siempre, siempre, cuidando la respiración. Dicho sea de paso, también, se puede ayudar a tender la ropa en la liña, que igualmente hay que estirar los brazos. Pruebe y verá que bien le sienta. Se queda uno relajado.
13º.-Aprovechar, si estamos sentados, para levantarnos con parsimonia cuando saludemos a una señora o señorita. Nos irá bien para las rodillas y no perderemos las buenas mañas de las pocas que quedan. Que no se diga.
14º.-No ponerse de pié de remplón y menos al levantarnos por las mañanas, o después de la sagrada siesta. La vital circulación de la sangre, hay que dejarla llegar a la cabeza de manera tranquila y sosegada. Con falta de riego, si hacemos movimientos bruscos nos puede dar un quebradero cerebral. A casi nadie se le ocurre arrancar un coche, por lo menos a los de antes, y salir como un tiro. Que con,ste que no se lo digo para que me lo agradezca. Se lo digo por su bien.
Final.-Si no están de acuerdo con las anotaciones expuestas aquí pueden romperlas y tirarlas a la papelera. Pero, eso si, no me digan que no se los dije ni me vengan con quejas en el incierto porvenir que se nos viene encima. Creo que poniendo un poco de nuestra parte podemos aspirar a tener un futuro, si no perfecto, al menos condicional y que sea razonablemente llevadero. Con voluntad ha sido.
Vicente García Rodríguez.
Septiembre de 2009
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