Sanidad recuerda que en Canarias es imprescindible la protección solar adecuada durante todo el año.

La consejería de Sanidad recuerda la necesidad de protegerse frente a la radiación solar empleando fotoprotectores y complementándolos con el uso de ropa adecuada, gafas de sol, gorras, sombreros y sombrillas

El uso de fotoprotector es imprescindible no sólo en verano, sino durante todo el año, dado el elevado nivel de radiación solar que tiene nuestro territorio

El uso de un buen fotoprotector con un Factor de Protección Solar (FPS) mínimo de 30 debe formar parte de nuestros hábitos de higiene y salud diarios, extendiéndolo por cara, brazos y cualquier zona del cuerpo no cubierta, siempre media hora antes de salir a la calle y exponernos al sol.

El Sol es imprescindible para la vida y tiene efectos muy beneficiosos sobre nuestro organismo: estimula la formación de vitamina A y D, lo que contribuye a la formación y consolidación de huesos y dientes. Ayuda también a mejorar nuestro estado de ánimo. Pero también causa daños irreversibles que pueden evitarse con una adecuada protección.

Tomar el sol o broncearse se convirtió en una pauta de belleza que comenzó en el siglo XX, alcanzando el momento álgido en los últimos 20 años. Los especialistas recuerdan que no es bonito ni sano una piel quemada por el sol, un concepto que comienza a cambiar cuyo siguiente paso consiste es generar una cultura de la responsabilidad en todas las generaciones, incidiendo en los más pequeños.

Especialistas de la Consejería de Sanidad indican que la exposición solar repetida y mantenida es peligrosa, ya que es un factor de riesgo científicamente comprobado que puede derivar en cáncer de piel, una de las patologías dermatológicas más graves.

Aunque las estadísticas sitúan a Canarias en torno a la media nacional y europea en esta patología, lo cierto es que durante el periodo veraniego se incrementa el volumen de personas que se exponen intencionadamente al sol durante un mayor número de horas. De ahí que los especialistas recomienden evitar recibir radiación solar directa entre las 11.00 y las 16.00 horas del día y realizar un uso correcto de las cremas protectoras, ya que no constituyen el arma más potente para luchar contra la exposición solar.

Además, se debe complementar con otras acciones de protección que incluso, son más efectivas, como permanecer a la sombra en las horas de más sol, utilizar sombrillas, sombreros, gorras o ropa adecuada o de manga larga, precauciones que deben extremarse especialmente con niños y personas mayores. En ese sentido, recalcan que las cremas no disminuyen la incidencia de cáncer: es un buen complemento, pero no el arma principal.

Cada persona nace con un capital solar, un mecanismo de defensa de su organismo frente a las agresiones que provocan las radiaciones solares que va consumiendo a lo largo de la vida y no es renovable. La exposición excesiva al sol agota nuestro capital solar: se calcula que entre los 18 y 20 años las personas ya han tomado el 50% del sol que pueden tolerar en toda su vida.

Los efectos negativos de la radiación solar sol pueden ser inmediatos: quemaduras, pigmentación, insolación, alteraciones del sistema inmunitario. Además, a medio y largo plazo el sol es el responsable del envejecimiento prematuro de la piel, causa cataratas y otras enfermedades oculares, y, el efecto más perjudicial de todos: causa cáncer de piel. En España se dan 80.000 nuevos cánceres cutáneos al año, de los que 6.000 son melanomas.

Fotoprotectores o filtros solares

Los fotoprotectores o filtros solares son sustancias que aplicadas sobre la piel atenúan (no la evitan totalmente) la acción perjudicial de los rayos solares. Los fotoprotectores por si solos no protegen absolutamente, por lo que su acción debe complementarse con el uso de sombreros o gorras, gafas de sol con nivel de filtro 3 ó 4, y evitando siempre la exposición al sol en las horas de mayor incidencia de sus rayos, entre las 11 y las 16 horas. Las sombrillas no protegen adecuadamente del sol, y su uso no exime por tanto de utilizar una fotoprotección acorde con nuestro tipo de piel.

Es importante destacar que el uso de fotoprotectores no permite que nos expongamos más tiempo al sol. En paises como Australia, en los que se ha fomentado la utilización de protectores solares para frenar el aumento de casos de melanoma, se ha observado que parte de la población incrementaba el tiempo de exposición al sol al sentirse falsamente seguro por el uso de fotoprotectores, dañando así su piel de forma irreversible.

El significado del factor de protección solar (FPS)

Los filtros disponibles hoy en el mercado se diferencian unos de otros por el factor de protección solar, que es el índice que mide la capacidad protectora de un filtro frente a los efectos nocivos de la radiación solar sobre la piel. Lo que nos indica el índice es el tiempo que la piel puede estar al sol sin que aparezca enrojecimiento o se produzca una quemadura. por ejemplo, un producto solar que ofrezca un factor de protección 30, significa que la piel así protegida puede estar expuesta 30 veces más tiempo al sol sin quemarse que la misma piel sin esa protección.

Cuanto más elevado sea el factor de protección, más tiempo de protección presenta, pero debe tenerse la precaución de no sentirse falsamente seguro por el uso de un protector solar. Ese efecto protector variará en función del tipo de filtros que incorpore en su composición, de su capacidad de penetración en la piel, de su resistencia al agua y del modo de aplicación en capa sobre la piel.

El fotoprotector debe extenderse media hora antes de exponernos al sol (o de salir a la calle, en el caso de Canarias, donde estamos expuestos a su radiación todos los días), en una capa uniforme, sin olvidar zonas especialmente frágiles de nuestro cuerpo como labios, nuca, orejas, nariz y hombros, que son las que con más frecuencia se queman. Tampoco debemos olvidar las piernas, y cualquier parte del cuerpo libre de vestimenta. Debemos renovar la aplicación del protector solar cada dos horas o después de cada baño y complementar la protección con sombreros y gorras, en especial en los niños.

Fotoprotección adaptada al fototipo cutáneo

La elección del fotoprotector debe hacerse teniendo en cuenta nuestro fototipo cutáneo, que en nuestro medio suele ser el Mediterráneo o Fototipo IV. Para la piel de este grupo, el Factor de Protección Solar mínimo debe ser el 30 salvo en el caso de los niños, en que deberemos elegir un fotoprotector de FPS más elevado (mínimo 50), y resistente al agua y al roce de la arena.

Nunca deben exponerse al sol niños menores de 3 años, porque su piel aún no tiene desarrollados los mecanismos de defensa necesarios para protegerse de la radiación solar.

Fototipo I: Piel muy clara (nordica). Ojos azules. Cabello rubio muy claro. Pecas.Reacciona al sol con eritema intenso, y descamación. No se broncea.

Fototipo II: Piel clara. Ojos Azules o claros. Cabello rubio o pelirrojo.Reacciona al sol con eritema y descamación. Ligera pigmentación.

Fototipo III: Piel blanca (caucasiana). Ojos y pelo castaño claro. Reacciona al sol con eritema moderado y pigmentación suave.

Fototipo IV: Piel blanca (mediterránea). Ojos y Cabello oscuros. Reacciona al sol con ligero eritema. Se broncea con facilidad.

Fototipo V: Piel morena ojos y Cabello oscuros.Reacciona al sol con pigmentación fácil e intensa. Eritema inperceptible.

Fototipo VI: Piel negra. Ojos y Cabello muy oscuros. Reacción al sol: no hay eritema pero sí bronceado.

Cómo funcionan los fotoprotectores

Los fotoprotectores actúan mediante dos tipos de mecanismo: absorción o reflexión:

-Los llamados fotoprotectores químicos absorven los fotones de la luz solar, a través de reacciones fotoquímicas, y los modifica para que no perjudiquen a nuestra piel. Necesitan unos 30 minutos para hacer efecto, por lo que su aplicación deebe hacerse siempre con esa antelación, media hora antes de exponerse al sol.

-Los llamados fotoprotectores físicos son sustancias inertes que aplicadas en la piel reflejan la luz solar como un espejo, no absorven la radiación. Protegen de todo el espectro solar y tienen menos riesgos de alergias que los filtros químicos, pero su inconveniente su poca cosmeticidad, al dejar una capa fina blanquecina sobre la piel.es el aspecto. Este inconveniente resulta ser una ventaja en el caso de los niños, ya que podemos ver facilmente la zona donde han sido aplicados.

Muchos productos de protección solar presentes en nuestro mercado combinan las dos modalidades de fotoprotección. Todos los envases deben indicar claramente el tipo de filtro que contiene y el espectro de absorción que protege. En caso de duda consulte siempre a su farmacéutico o a su dermatólogo.

Nota de prensa.

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