El capítulo de hoy lo protagoniza uno de los señores de la noche submarina Canterana: el ceriantario. Según se acerca el ocaso a la bahía, emerge de la arena este singular invertebrado que se ha convertido en el personaje más común de las margulladas nocturnas de nuestra playa.
Aunque es animal que no gusta de formar colonias, los fondos arenosos de Las Canteras son un escenario ideal para observarlos a destajo. En una sola zambullida podemos ver decenas de ejemplares sin llegar a recorrer ni cincuenta metros bajo el agua.
Atraído por las partículas en suspensión que flotan en el fondo, este bellísimo cnidario extiende sus tentáculos a la hora de la cena y se da un festín que dura toda la noche. Entre bellísimos colores que contrastan con la arena y suaves movimientos ondulantes al compás de la marea, el ceriantario extiende su magia nocturna a lo largo de toda la playa y nos deja para el recuerdo una imagen imborrable.
He querido reunir hoy una serie de instantáneas que muestran los distintos aspectos del animal, tanto de día como de noche. Al ser un bichito de costumbres nocturnas, por el día es muy difícil encontrarlos. Sin embargo, como vemos en la primera foto, suelen dejar rastros de su presencia en forma de tubitos de arena.
También puede ocurrir que nos encontremos un ejemplar despistado en pleno día, que asome tímidamente los tentáculos más exteriores, como en la segunda foto.
Ya de noche, podremos verlos en su esplendor, erguidos presumiendo de su colorido tallo, desperezándose tras el largo sueño diurno, o abiertos de par en par dando rienda suelta a su voraz apetito.
La próxima vez que se zambullan de noche, canteranos, no pierdan la ocasión de observar de cerca a este precioso animal, que honra a la noche Canterana con su presencia.
Un caluroso saludo
Manuel Marichal

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