Recientemente han aparecido en diversos medios de comunicación noticias y comentarios sobre el estado de deterioro en el que se encuentran los barrios adyacentes a la Playa de Las Canteras, referidos casi siempre a la zona del Istmo de Santa Catalina. Creemos poder afirmar que existe un consenso bastante generalizado, compartido tanto por vecinos como por empresarios, acerca de que el estado de esta área es bastante deplorable. También existe un amplio acuerdo sobre la relevancia de esta zona para la ciudad, debida principalmente a su proximidad a la playa de Las Canteras. En este sentido, esta playa es citada invariablemente como “la joya de la ciudad” y el turismo es siempre señalado como una oportunidad de negocio para la misma. Fuera de estos lugares comunes, existe diversidad de opiniones o enfoques sobre cómo solucionar el deterioro que ha ido sufriendo a lo largo de los años esta parte de Las Palmas de Gran Canaria.
El Istmo de Santa Catalina contiene numerosos edificios que estuvieron dedicados hasta los años 70, generalmente, al alojamiento de turistas. Con el auge del sur de la isla como zona turística y el consecuente traslado de los visitantes a esa zona, muchos de estos edificios se convirtieron en viviendas sin reunir las condiciones adecuadas para ello, ya que fueron concebidos para estancias de corta duración. Este hecho coincidió más o menos en el tiempo con el incremento de la oferta de ocio nocturno en esta misma zona. Es preciso recordar cómo se desarrollaba generalmente la actividad del ocio nocturno en Las Canteras hasta bien avanzados los años noventa, con escaso o nulo control por parte de las administraciones públicas sobre los ruidos producidos por los locales y con aglomeraciones de personas en la calle todas las noches de los fines de semana, lo que hacía prácticamente imposible el descanso de los vecinos. Todos estos hechos provocaron que estos apartamentos se convirtieran en numerosos casos en infraviviendas, lo que dio lugar a que muchos de estos edificios fueran pasto de la marginalidad. Ello se refleja en el estado exterior de los edificios (la ropa tendida en los balcones es habitual), prostitución en las calles, tráfico de drogas, suciedad, etc. Todos estos hechos han jugado un papel importante en el deterioro de esta área como zona vecinal, comercial, turística e incluso como área para un ocio nocturno de calidad. Otro factor negativo presente en la zona es la inseguridad, ligado a determinados aspectos de los elementos antes descritos, con hechos tan graves y tristes como las muertes que han tenido lugar en la calle Franchy Roca. Si bien estos sucesos son los exponentes más graves de esta situación, las peleas y los robos en las calles son acontecimientos mucho más frecuentes y constituyen otros de los elementos expresivos de la inseguridad antes aludida. Así mismo, es preciso resaltar que, si bien es cierto que en hoy en día el ocio nocturno está sujeto a un mayor control, la situación actual todavía presenta graves deficiencias y las quejas de los vecinos son una constante en esta zona, especialmente por los ruidos y altercados que originan muchos de sus clientes en las calles. Además, la zona de Santa Catalina ha sido objeto de una fuerte especulación urbanística, lo que se ha traducido en una elevada concentración de viviendas y personas por metro cuadrado, lo que no facilita la convivencia en ocasiones.
Nuestra opinión es que con este diagnóstico es difícil creer que las soluciones para mejorar el barrio de Santa Catalina puedan limitarse a acciones puntuales y aisladas, que ya han sido realizadas en ocasiones anteriores y su eficacia para solucionar los problemas descritos ha sido bastante limitada. Desde nuestro punto de vista, las acciones que se propongan y se ejecuten han de estar dirigidas directamente a resolver los problemas que restan atractivo a esta importante parte de la ciudad y que hemos descrito con anterioridad. Para ello proponemos:
(a) La formulación de un plan de carácter integral que aborde los problemas más acuciantes de la zona para que esta recupere y mejore su atractivo. Este plan requerirá la implicación de distintas áreas del Ayuntamiento (entre otras, urbanismo, seguridad, servicios sociales, medioambiente, gobernación, turismo), así como de otras administraciones dada la naturaleza diversa de las debilidades descritas y el carácter estructural de las mismas. No obstante, por las competencias propias de los ayuntamientos en nuestro ordenamiento, entendemos que la corporación capitalina debe ser la que asuma el liderazgo de esta iniciativa.
(b) Las acciones integradas en este plan deberán tener como objetivo incrementar el atractivo de la zona no solo para un colectivo de ciudadanos, sino que deberá conciliar los intereses de los vecinos con los objetivos de, entre otros, los distintos empresarios con intereses en la zona (comerciantes, hoteleros, ocio nocturno). Es difícilmente concebible que esta zona pueda ser atractiva en términos generales si no lo es como zona residencial. Así mismo, se debe ser consciente de que un recurso como Las Canteras debe ser aprovechado para la generación de riqueza y de empleo. El objetivo debe ser pues promover un equilibrio que refleje la realidad de Las Canteras y sus barrios en cuanto a que se trata, principalmente, de una zona residencial, pero también hotelera y comercial. Por lo tanto, si se desea, por ejemplo, impulsar el turismo en la zona, debe ser una forma de turismo que sea compatible con el hecho de que ésta es también una zona vecinal.
Por todo lo anteriormente expuesto, entendemos que acciones como arreglar fachadas y proponer actividades lúdicas en Las Canteras, o incluso invertir en la ampliación del Auditorio, por sí solas y sin el acompañamiento de otras medidas, son iniciativas que tendrán una escasa eficacia para mejorar los problemas expuestos. Desde la Asociación de Vecinos Playa Chica-Las Canteras hemos dado a conocer nuestro punto de vista a diversos responsables del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Sin embargo, si bien han manifestado su acuerdo sobre el estado del barrio, los orígenes de los problemas y la elevada urgencia de solucionar los mismos, hasta este momento no hemos recibido, desgraciadamente, respuesta alguna acerca de la intención de asumir una iniciativa como la propuesta. El sentimiento general producido por este silencio y falta de reacción es frustración, incomprensión y, claro, hartazgo.
Ignacio Ávila Monroy
Presidente de la Asociación de Vecinos Playa Chica-Las Canteras
Arturo Melián González
Secretario de la Asociación de Vecinos Playa Chica-Las Canteras