La última vez que se vio estaba tendido sobre el paseo, todavía con su mirada petrificada puesta en sus peces de bronce .
La noche anterior, la noche de San Juan, unos vándalos lo zarandearon y lo derribaron abandonándolo a su suerte. Esa mañana se lo llevaron, no se ha sabido más de él. Ya han pasado más de 4 meses y todavía no ha vuelto, sigue encerrado en alguna dependencia municipal, victima de la burrocracia administrativa.
Lo echamos de menos, se acercan las navidades a toda velocidad y para esas fechas tan señaladas esperemos que el querido Pescador vuelva a estar ya con nosotros.