El pasado domingo, día 9 de septiembre, más de un centenar de nadadores de los diferentes clubes nos dimos cita en la playa del Burrero, del Municipio de la Villa de Ingenio para realizar la IV Travesía a Nado de esta bonita playa soleada y algo ventosa, pero no suficientemente cubierta del oleaje y de las corrientes marinas.
Sobre las diez de la mañana los pequeños nadadores, encuadrados en las categorías de cadetes, infantiles y juveniles ya estaban nadando hasta una distancia prudencial, la primera baliza y regreso a la orilla, que realizaron con mucha seguridad y rapidez.
A lo largo de la mañana, el mar estaba elevándose, debido a las altas mareas que produce el novilunio. El espacio a recorrer de 1.200 metros se realiza en su mayor parte aguas afuera, en un espacio marítimo no protegido por acantilados ni diques. El viento y la corriente, a partir de la segunda baliza en dirección a la tercera, soplaba y empujaba con algo más de fuerza de lo que se considera normal en otras travesías.
Las grandes balizas amarillas, de aproximadamente tres metros de longitud, que señalan los puntos por lo que hemos de pasar, debido a las dificultades del mar, no pudieron colocarse en posición vertical, sujetas al fondo del mar, sino que tuvieron que ponerse en posición horizontal, lo que supuso un plus de dificultad a los nadadores que sólo podíamos divisarlas cuando estábamos cerca de las mismas.
He de precisar para conocimiento general de nadadores y bañistas que los objetos flotantes en el mar que fácilmente se ven desde la playa estado de pie, esos mismos objetos sólo pueden ser vistos cuando nadamos o estamos muy próximos a ellos. Además, las distancias entre los objetos flotantes en el mar que vemos desde la orilla no son reales; objetos que pueden parecernos muy próximos o juntos, cuando nos acercamos nadando hacia ellos, podemos apreciar que entre los mismos existen unas distancias considerables.
La consecuencia originada por este hecho es que muchos nadadores, al girar de la segunda a la tercera baliza, al no ver esta última más adentrada en el mar por la posición horizontal adoptada, se encontraron con la cuarta ya más cerca de la playa. Eso sí, los errores suelen cometerse porque lo previsible es que al no tener predeterminados los puntos de referencia, los nadadores seguimos la estela que marcan los compañeros que van delante. Ahora bien, una vez situados en la nueva posición sin pasar por la baliza que debió rodearse, es embarazoso remontar el espacio insalvado al encontrarse el nadador de frente con otros más rápidos que ya se dirigen a la cuarta boya, camino de la orilla y porque ese cambio de rumbo arrastra sus dificultades.
No se puede decir que los participantes intenten acortar camino para arrebatar el triunfo al contrario; no creo en ello, pues todos los participantes están en condiciones de superar estas pruebas como otras muchas, algo más arduas. Lo que sucede es que en esta zona de la costa, no abrigada del paso de los vientos y corrientes, al quedar inutilizadas las señales de referencia que son las grandes balizas, uno no sabe en todo momento hacia dónde dirigirse, pues un ángulo mal girado -como aquí sucedió- puede abrir una brecha de distancia muy grande respecto al punto al que nos dirigimos, si la distancia entre los dos parámetros es mediana o grande.
Al término de la travesía de los nadadores, se dio la salida para que las nadadoras se lanzaran al agua. Como el tiempo arreciaba haciendo ingrata la prueba, la organización optó por reducir su recorrido, eliminando el paso por la tercera baliza.
Con el fin de evitar estas situaciones, se aconseja que las pruebas en mar abierto se realicen en determinadas fechas, coincidentes con los períodos lunares de cuarto creciente o cuarto menguante ya que el crecimiento y disminución de las mareas no son tan acusados. Es más aconsejable nadar con la media marea en los períodos de cuarto creciente o cuarto menguante.
También quiero recordar que en determinadas travesías se debe reforzar el sistema de seguridad, estando presente en cada uno de los tramos del recorrido y más en concreto en las balizas o señales que marcan el cambio de rumbo, al menos, una embarcación auxiliar más.
Por último, conviene recordar que para que todos los participantes puedan optar a alcanzar algún objeto que sirva de recuerdo de la prueba, se estima conveniente que este tipo de travesías tenga carácter popular, participativo y no competitivo.
Tras el refrigerio ofrecido y la entrega de trofeos por las autoridades municipales, se dio por concluido este evento. Felicito y doy las gracias al equipo de salvamento y socorrismo, a la Policía Local y a las entidades colaboradoras. En particular, al equipo que dirige Dª Tony Luz, con tanta ilusión y eficacia, del Instituto Municipal de Deportes de Ingenio.
Un saludo a todos.
Juan Manuel Bautista
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