El primer domingo de octubre, como todos los años, el grupo de amigos Peña la Vieja haremos la tradicional travesía en la Playa de Las Canteras desde la Puntilla a la Peña la Vieja. Y van ¿cuántos años? Nada menos que la friolera de 24 años ininterrumpidamente desde que casi sin pensarlo le dimos un carácter formal y hoy se ha convertido en una cita ineludible. Esta condición es de tal formal que si alguien uno puede estar presente elprimer domingo de octubre, mantiene esta tradición nadando días antes acompañado con otros amigos voluntarios como ya sucedió con Vicente García, que estará de viaje, y como ha sucedido muchas veces con Julio Reyes, que por estas fechas suele estar ausente. Con este estilo se cumple así el reglamento firmado por un grupo de amigos hace ya tantos años, casi niños, en la playa y frente a la Peña la Vieja como mudo testigo. Como no tengo complejos de años puedo decir que la “Carta Peña la Vieja” (carta Magna la llamamos nosotros) fue firmada en 1950, aunque el viejo acuerdo verbal, según figura en dicho escrito, data de ¡1942! (dejo esa resta que surge inevitablemente a la generosidad y comprensión del lector).
Esta ‘Carta Magna’, hoy en mi poder, guardada como oro en paño por su valor histórico, se va transmitiendo año tras año después de la cena de camaradería que efectuamos el día de la travesía a cada uno de los componentes de los ‘amigos Peña la Vieja’.
Este día, repito, de obligada comparecencia entre viejos amigos, es una jornada humana intensa, propicia a la divagación, a rememorar vivencias de la pasada juventud, historias de otra época, narrar episodios, semblanzas, historietas y divertidas travesuras, creando el ambiente de diversión y jovialidad natural entre amigos de toda la vida. Con esta disculpa nos preparamos para la travesía durante todos los días del año, verano e invierno, llueva o truene, practicando, creo, el mejor y más sano deporte: la natación, pero por supuesto, en la playa de Las Canteras. Soy un ferviente convencido de que la playa y la natación son fuentes de salud y rejuvenecimiento que además lo curan casi todo. Hay que tomarse la playa, es un consejo, como una obligada prescripción médica para sacar el tiempo necesario o eliminar la indolencia que normalmente nos invade. Consecuencia de esta predisposición, estado físico, humor y entusiasmo pudimos un importante grupo de playeros veteranos y peinando canas, nadar la pasada semana la travesía de Lanzarote a la isla de la Graciosa.
Por suerte, la travesía de la Peña la Vieja no ha quedado circunscrita al original grupo de amigos sino que se ha hecho popular y cada año es mayor el número de participantes. Así que avisamos a todos los nadadores que lo deseen: el próximo domingo 3 de octubre nos veremos a las 11.00 h. (bajamar será a las 8,07 h) frente a la Peña la Vieja para, como siempre y después de un paseo por la orilla, tomar la salida sobre las 11.30 h. (media marea) desde la Puntilla. Un recordatorio que no está de más: no es una prueba competitiva ni hay trofeos. Se trata de hacer deporte en su esencia más intrínseca.
Allí nos veremos, y si Dios quiere, que se repita por muchos años. ¡Ah! Y el día 4 a
entrenarnos para el primer domingo de octubre de 1994.
30/09/93 en Las Palmas de G.C.