“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Domingo: ventoso, cuidado con el mar

La Isleta: El Confital y Las Salinas (2ºParte)

El Confital

Playa de arena rubia situada en el litoral, orientada hacia el oeste, junto a la base de la montaña homónima de origen volcánico, y en cuya parte superior de su antiguo cráter, también orientado hacia el oeste, se ubica el yacimiento arqueológico prehispánico de las Cuevas del Canario, conformado por una serie de cuevas artificiales y senderos con función de granero fortaleza, y una cantera de piedras para ruedas de molino. Siguiendo datos ofrecidos por la historia oral, la denominación de El Confital puede venir dada por dos razones: Por un lado, la arena rubia de la playa, de origen erosivo malacológico, antaño daba un colorido tan blanco y brillante que parecía a lo lejos terrones de azúcar – confitura = confital -, mientras que otra versión sitúa el origen del nombre en la sal extraída en Las Salinas, que a la vista parecían terrones de azúcar. Todo este entorno ha sido históricamente propiedad de la familia Bravo de Laguna, quienes incluso, en décadas pasadas, ubicaban un guardián a la entrada del camino para cobrar un peaje a quienes transitaban para disfrutar de la playa.

La Playa del Confital, a la cual se accede traspasando el espacio de la antigua “Puerta de El Confital”, ofrece unas condiciones cólicas muy aceptables para la práctica del surf y windsurfing. Desde mediados del siglo XX, fue paulatinamente poblándose de casetas de veraneo, para deteriorarse como foco chabolista hasta su total erradicación en el año 2004. Como restos de una actividad industrial extractiva, quedan las secuelas de una cantera de piedra y la estructura de rampas y pilares de cemento que facilitaban el transporte de la piedra.

Una vez recorrida la superficie de la Playa de El Confital, en dirección norte se acaba en La Punta de El Confital, denominada por muchos naturales como Punta de Las Monjas, debido a que en dicha zona solían bañarse monjas en grupo. En la Punta de Las Monjas se localizan los restos de una serie de instalaciones militares construidas en la década de los 40 del siglo XX, orientadas hacia el Oeste para defender buena parte de la costa norte de la Isla, y que consisten en baterías antiaéreas, nidos de ametralladoras, rampas y almacenes de munición, todo intercomunicado, realizado en hormigón revestido mediante piedra basáltica de la zona que permite un camuflaje paisajístico que integran a este conjunto histórico una perfecta integración en el medio.

Secaderos de Pescado.

Una vez dada la espalda a la antigua instalación militar, nos orientamos hacia el Este, encontrándonos con una estructuras en superficie de formas tanto circular, como cuadrangular u ovalada. Estas superficies, distribuidas a ambos lados de la pista de tierra, sirvieron como secaderos de pescado, y se realizaron mediantes piedras volcánicas del lugar, colocadas en el firme a modo de era de trillar, y delimitadas mediante piedras similares hincadas en vertical. El origen volcánico de estas rocas las integran y camuflan perfectamente en el medio, a la vez de conferir a la zona de un alto valor etnográfico.

Según datos aportados por la historia oral, en esta zona llegaron a plantarse tomateros, aunque actualmente no quedan a primera vista vestigios físicos de ello. En dirección Este, una vez pasados los secaderos de pescado, nos encontramos con los inmuebles que albergaban las antiguas Factorías de Pescado. Estos antiguos edificios industriales presentan una imagen arquitectónica propia de mediados del siglo XX: paredes funcionales, pintadas en blanco, nave única rectangular y grandes puertas metálicas. El abandono de la actividad económica para la que fueron concebidas repercute en su falta de integración en el medio y su aconsejable reconversión visual, debido a su deterioro, más apropiada al paisaje y posibles futuros usos del entorno.

Salinas.

En la actualidad, aunque dejaron de funcionar hace entre tres o cuatro décadas, su ubicación original queda atestiguada por la vista en superficie de varios de sus elementos, como las paredes – o balaches – de los cocederos, los bordes de los tajos, el muro acueducto que sustentaba el molino, y cadenas del embarcadero. Para su restauración, aún bastante posible, y aconsejable desde el punto de vista cultural y paisajístico, se requeriría un método arqueológico. En sus proximidades, en la Punta de Las Salinas, se halla un antiguo nido de ametralladoras.

Las Salinas del Confital correspondientes al grupo de Salinas sobre Barro, aunque se superponen en un suelo basáltico, se conforman mediante una amplia superficie de tajos -cuadrados donde se deposita la sal-orientados la NO, tres cocederos en su lado sur, un almacén del cual apenas quedan restos en su extremo occidental, y un acueducto que cerraba por el naciente, que mantiene la base de un molino que elevaba el agua desde la costa, a escasos metros del acueducto. En este litoral se mantienen restos del antiguo embarcadero. La ubicación de un acueducto y molino para el trasvase de agua se debe a que las salinas se localizan encima del nivel del mar. La distribución de agua por esta instalación de alto valor etnográfico se realiza mediante acequias o conductos formados con ladrillos de barro. Este complejo hidráulico-acueducto, molino, acequia de barro-confiere a las Salinas de El Confital como una de las obras mejor acabadas de Gran canaria en este género.

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