Todos somos conscientes del caótico frente marítimo de Las Canteras, con edificios retranqueados o no, mal rehabilitados, o simplemente más favorecidos en alturas o formas por leyes cambiantes que parecen responder a intereses particulares – empresariales de cada época.
La falta de visión en los años 60-70, primeros años del auge turístico, llevó a la demolición de edificios históricos para construir hoteles y complejos turísticos a toda prisa. En ese momento, se comprometió irremediablemente la belleza del frente urbano de Las Canteras.
En el desorganizado frente urbano, hay escasas opciones para mejorar la estética urbanística: se han llevado a cabo daños y rehabilitaciones deficientes que resultan irreversibles y continuarán ocurriendo…
En cambio, sí podemos intervenir en los aspectos estéticos del espacio público del paseo de Las Canteras. Debemos idear una estrategia integral para mejorar la belleza en todas las dimensiones, buscando reducir la falta de atractivo, la falta de calidad y la desorganización actual.
El frente construido de la playa de la Cícer se ha transformado en un desagradable conjunto publicitario. Las paredes medianeras están sobrecargadas con lonas publicitarias que contribuyen a que el entorno urbano adquiera una mediocridad injusta para nuestra querida playa de Las Canteras.
Por supuesto, cada propietario o comunidad tiene el derecho de tomar decisiones respecto a sus paredes medianeras, especialmente porque la ley lo permite. No obstante, estos mismos vecinos deberían proceder de manera coherente con el entorno en el que se hallan y reconocer que sus acciones contribuyen de manera significativa a deslucir la belleza del paseo.
Una posible solución que podría reducir el feo impacto de la publicidad sería establecer requisitos para las empresas de publicidad encargadas de diseñar estas lonas comerciales. De esta manera, los anuncios deberían cumplir con criterios artísticos de diseño y buen gusto, además de estar relacionados de alguna manera con la vida en Las Canteras.
El orden en el paseo no está pasando por su “mejor momento”. En la actualidad, hay áreas que sufren de manera significativa debido a la excesiva cantidad de mesas y otros elementos en algunos establecimientos. En estos tramos, algunas terrazas no se ajustan a las ordenanzas establecidas y no siguen las pautas mínimas de estética que deberían.
Cuánto tenemos que aprender de otros paseos marítimos de la misma isla de Gran Canaria, como el de Arinaga o Meloneras.
Si deseamos mejorar la estética del paseo, el Ayuntamiento debe abordar este asunto con determinación y llevar a cabo una auténtica transformación: reubicar las terrazas junto a las fachadas de los edificios y dejar las barandillas sin obstáculos sería una de las decisiones más significativas a considerar.
También sería importante exigir calidad y buen gusto en el mobiliario de las terrazas. Además, la administración municipal debe redoblar sus esfuerzos en áreas que actualmente descuida, como el mantenimiento de las palmeras, parterres del paseo y las esculturas.
La playa merece restaurar su estética actualmente descuidada. Existen numerosas decisiones que se pueden tomar para lograr que la avenida de Las Canteras recupere su esplendor, igualando la calidad de Las Canteras al observarla desde su orilla hacia el horizonte.
Al deterioro de la playa se une el de su entorno más inmediato. Comparto algunos comentarios sobre la estética de la playa, pero los pocos que
aún seguimos viviendo aquí, observamos cómo se nos empuja a marcharnos. Además del desorbitado IBI, arreglar nuestras viviendas se convierte en toda una odisea que acaba rindiendo a Lis más tenaces.
Se fuma en la playa, se tarda días en recoger las algas, dejando un olor nauseabundo, cualquier paisano que se compre un altavoz-amplificador con micrófono, se dedica a cantar hasta después de la media noche, ya no es posible dormir ni descansar hasta esas horas.
Nula presencia policial, peleas frecuentes, Luis Morote y aledaños, con olor a meado y lleno de indigentes bebiendo en sus bancos todo el día, el parque Santa Catalina parece un plató de una batalla hecho a bombazos, el paseo entre la Base Naval y el muelle de cruceros, le han cambiado el nombre, ahora se llama “Paseo de los cristales rotos”
La Reserva Marina del Confital, olvidada en un cajón del Gobierno de Canarias, en él Confital, chabolas en el acantilado y encima de la plataforma de la punta.
Estas solo son algunas de las consecuencias de la falta de atención a “ la joya de la corona”
Comentarios
Victor Jordan:
Al deterioro de la playa se une el de su entorno más inmediato. Comparto algunos comentarios sobre la estética de la playa, pero los pocos que
aún seguimos viviendo aquí, observamos cómo se nos empuja a marcharnos. Además del desorbitado IBI, arreglar nuestras viviendas se convierte en toda una odisea que acaba rindiendo a Lis más tenaces.
Se fuma en la playa, se tarda días en recoger las algas, dejando un olor nauseabundo, cualquier paisano que se compre un altavoz-amplificador con micrófono, se dedica a cantar hasta después de la media noche, ya no es posible dormir ni descansar hasta esas horas.
Nula presencia policial, peleas frecuentes, Luis Morote y aledaños, con olor a meado y lleno de indigentes bebiendo en sus bancos todo el día, el parque Santa Catalina parece un plató de una batalla hecho a bombazos, el paseo entre la Base Naval y el muelle de cruceros, le han cambiado el nombre, ahora se llama “Paseo de los cristales rotos”
La Reserva Marina del Confital, olvidada en un cajón del Gobierno de Canarias, en él Confital, chabolas en el acantilado y encima de la plataforma de la punta.
Estas solo son algunas de las consecuencias de la falta de atención a “ la joya de la corona”