El «Torero» fue un pequeño restaurante del paseo de Las Canteras esquina con la calle Hierro. Muy popular en los años ochenta, era muy frecuentado por el turismo escandinavo.
En su fachada, junto a la medianera, tenía una preciosa figura de un torero, obra del artista Rudolf Ackermann.
Durante muchos años el nombre del restaurante fue una importantísima referencia para la juventud que se citaba en la playa. «Quedamos en el Torero» se convirtió en una frase muy popular entre las pandillas de Las Canteras.
A mediados de los años noventa el restaurante El Torero cambió de dueño, de actividad y de nombre, pasando a llamarse Café Galdós.