Están por todos lados: sobre la playa, en las fachadas de los edificios, alrededor de las mesas de los restaurantes y cafeterías, en el paseo, en los parques y plazas, etc.
Existen métodos éticos para controlar su población, como por ejemplo la instalación de dispensadores de alimento que les generan infertilidad.
Hay personas que las alimentan impunemente en el mismo paseo, algunos vecinos les tiran comida desde sus viviendas. Alimentar a estas aves y a cualquier especie de fauna no está permitido según las ordenanzas de playas, y es sancionable para quien lo realice.
Salud Pública del Ayuntamiento es la entidad encargada de su control. Desde hace mucho tiempo que no toma medidas para mantener a esta especie en unos límites sostenibles.
El exceso de palomas en un entorno urbano se considera una plaga.
Estas aves transmiten enfermedades a las personas, entre las que se encuentran:
Psitacosis. Enfermedad infecciosa causada por la bacteria Chlamydophila psittaci. Se contagia por inhalación del polvo fecal de las palomas y la manipulación frecuente de aves enfermas. Los síntomas presentes en los seres humanos son variados, tales como: fiebre, diarrea, conjuntivitis, etc.
En los casos más graves esta enfermedad puede derivar en neumonía.
La histoplasmosis es causada por un hongo llamado Histoplasta capsulatum, el cual se encuentra en los excrementos de las palomas y las aves en general. Los síntomas de la histoplasmosis son: fatiga, fiebre, dolor en el pecho, etc
Muchas veces la enfermedad es asintomática. No se contagia de persona a persona.
La criptococosis es una infección producida por el hongo Crytococcus neoformans. Hongo que se encuentra en las heces de las palomas. Los seres humanos pueden contagiarse en lugares donde tengan contacto con las heces: como palomares o criaderos.Sus síntomas, entre otros, son: tos, fiebre, dolor de cabeza, meningitis, etc.
En los casos más graves puede presentarse una infección pulmonar con estornudos con sangre, fiebre y malestar general.
La clamidiosis es una enfermedad causada por la bacteria Chamydia psittaci. Se transmite al ser humano a través de las secreciones nasales, las vía respiratoria, los tejidos, las plumas o los excrementos de las palomas. Los síntomas son parecidos a la gripe, además de dolencias digestivas. Cuando la bacteria entra en el organismo a través de las vías respiratorias, se propaga por la sangre e invade el hígado, el bazo y el pulmón.
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