Si eres pescador de caña en acantilado, roca o escollera, nunca debes apartar la vista de donde vienen las olas. Lo mismo aplica para todas las personas que se asoman a una rompiente, por ejemplo, para tomarse una foto; nunca debes perder de vista el océano.
Un golpe de mar inesperado puede provocar que caigas al agua, poniendo así tu vida en grave peligro.
El oleaje es impredecible; aunque el mar parezca tranquilo, siempre evita dar la espalda a las olas.
Ninguna otra porción de frente de playa dispone de una agrupación homogénea con tanta antigüedad, riqueza, variedad estilística y calidad, que forma parte del paisaje natural y urbano de la playa