En uno de los rincones de la bahía de El Confital la escultura del Atlante alza sus brazos al Océano Atlántico. Realizada con la lava de los volcanes que hizo emerger desde las profundidades de mar al archipiélago representa al pueblo mitológico que habitó por estos lares oceánicos.
Hoy en día son miles los atlantes de todas las edades, más los visitantes de otros mares y océanos, los que disfrutan de nuestras olas atlánticas en una la mejores bahías de mundo para la práctica del surf.
El surf y su filosofía de vida no han parado de crecer en la bahía de El Confital desde que aquellos primeros surferos “de fuera” aparecieron allá por los años sesenta contagiándonos a todos de la energía de este maravilloso deporte.
Aquellos surfers primigenios son leyendas y sus nombres forman parte del imaginario histórico de nuestras orillas y rompientes.
El surf es la actividad deportiva más practicada en las Islas Canarias. Es una pasión transgeneracional: muchos papás y mamás comparten su afición con sus hijos y es frecuente ver a padres e hijos cabalgando las mismas olas.
La bahía de El Confital posee decenas de picos donde practicar buen surf o bodyboard. En los buenos días de olas el trajín de deportistas con sus tablas y “buguis” que buscan su rompiente favorita es espectacular, en estos días es cuando se puede apreciar la grandeza y el arraigo de este deporte entre los vecinos y vecinas de esta ciudad atlántica.
Algunos barrios de Las Palmas de Gran Canaria -la ciudad más grande de las Islas Canarias- respiran salitre y están impregnados del alma del surf. Los barrios de Guanarteme y de La Isleta son algunos de ellos.
Es difícil encontrar alguna familia de estos barrios costeros que no tengan algún miembro que practique el surf o el bodyboard. El surf se ha convertido en algo más que una actividad deportiva para la sociedad isleña.
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