Última actualización hace 4 meses por MiplayadeLasCanteras©
Más que nunca, es imprescindible que entendamos que nuestra salud depende, en gran medida, de la salud de los ecosistemas.
Cuando pensamos en el impacto del cambio climático sobre la sociedad humana, es habitual imaginar ciudades inundadas por la subida del nivel del mar o glaciaciones que ocurren de la noche a la mañana. Es indudable que el cine ha marcado nuestro imaginario colectivo, especialmente ante situaciones que no hemos experimentado, con hipotéticas catástrofes naturales a escala global.
La realidad nos muestra que los cambios no son tan bruscos como en la ficción. Esto nos puede llevar a una sensación de falsa seguridad. Sin embargo, la actual velocidad de los cambios ambientales provocados por la actividad humana tiene pocos precedentes en la historia de nuestro planeta. Sin duda, nos tocará vivir sus consecuencias más negativas si no actuamos con celeridad.
Es difícil comprender la magnitud de la catástrofe a la que nos enfrentamos. Requiere de un profundo esfuerzo por considerar las enrevesadas interrelaciones existentes entre los distintos componentes de nuestro ecosistema global. Todos hemos escuchado alguna vez que “el batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo”.
Este año hemos vivido en primera persona un ejemplo del llamado efecto mariposa: la pandemia de la covid-19 está relacionada con la pérdida de biodiversidad y la alteración de la naturaleza causada por la actividad humana.
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