Hasta hace algunos días las risas y el bullicio se mezclaban con la música de las olas, ahora en el emblemático y cosmopolita paseo de Las Canteras solo se oye el chapoteo del mar y el sonido de los alisios. Por el confinamiento casi nadie lo disfruta, quien lo utiliza para desplazarse a su puesto de trabajo o al súper camina cabizbajo, como medio escondiéndose, como avergonzado de poder disfrutar de la brisa marina.
Da vértigo asomarse y ver un paseo solitario, solo recorrido por las patrullas de la policía ¡ Qué esta pesadilla acabe pronto !
[su_heading size=”18″ margin=”40″]L@s que llevamos toda la vida o muchos años viviendo aquí no lo habíamos visto nunca así, tan triste y solitario. Quizás solo los que vivieron en Las Canteras el comienzo de la guerra civil en el verano de 1936 pudieron sentirlo como ahora
La avenida de Las Canteras necesita de la alegría ciudadana -que las risas y las voces se mezclen con el rugir del océano- para sentirse viva.
Le ganaremos la “partida” al virus y la vida regresará con fuerza al paseo de Las Canteras, para esto todos necesitamos – por ahora – aguantar en casa, cuidarnos y protegernos junto a nuestras familias. Solo así podremos vencer esta guerra.[mp_block_8 section_title=”Otros posts destacados ” post_tag_slug=”Titular, Portada, titulares” post_sort=”rand”]
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