Cuidar el paisaje en cualquiera de nuestros territorios insulares debería ser una prioridad para todas las instituciones que tienen el deber de preservarlo.
El día que Canarias no pueda presumir de su paisaje natural su futuro se volverá negro
Ese paisaje, todo lo que abarca nuestra mirada, también debería ser cuidado en nuestra Bahía de El Confital.
Imaginemos que estamos sentados sobre la arena de Las Canteras mirando de frente al mar, si miramos a la derecha está un paraíso llamado la playa de El Confital, relativamente bien respetado paisajísticamente hablando. A la izquierda está la costa norte de Gran Canaria; los núcleos urbanos de Los Giles y Tinoca, en la costa, marcan el paisaje que vemos. Sus puntos negros son los dos complejos industriales (ver foto de portada e interior) que desentonan con ese horizonte que debemos mimar. El más hacia la izquierda es el de “Las Torres”, allí una torreta nos corta la visión hacia las cumbres de Gran Canaria. Sobre Tinoca, bajo la montaña de Arucas, hay un “poblado” de enormes naves que desentonan muchísimo con el medio y con una visión adecuada del paisaje.
Seguramente ambos polígonos industriales fueron necesarios para el desarrollo económico de la isla, pero deberíamos intentar mimetizarlos lo más posible con su ambiente.
Si lo hiciéramos, nuestro paisaje, nuestra mirada, nuestra Bahía de El Confital y nuestras puestas de sol ganarían en belleza.