Foto portada: Restos de raíles extraídos en las obras que se están realizando en Juan Rejón y Albareda
En la Calle Juan Rejón y Albareda se están realizando obras para una nueva canalización de unos 8 km. de longitud que perforará buena parte de la ciudad durante varios meses (y no me refiero ni a las obras de peatonalización en las calles de Guanarteme, ni a las obras de la calle Galicia, ni a las del frente marítimo en el muelle, ni a las de peatonalización de otro tramo en Luis Morote, ni a las de la galería subterránea en los alrededores de la fuente luminosa, tampoco a las de Mesa y López, ni las del parking de San Bernardo, ni la de los nuevos carriles de bici,…). Se trata de una obra que, de momento, sólo sufren los vecinos de la zona del istmo, pero que llegará hasta el barrio de Lomo Apolinario.
Estos últimos días la prensa nos ha estado informando de la localización de un cráneo y otros restos óseos en esa obra de Juan Rejón, y sobre estos restos óseos no dejamos de oír noticias en la prensa y los informativos, pero sin embargo no se han hecho eco de otro hallazgo, y es que se han localizado restos de los raíles de ‘La Pepa’ que han sido cortados y extraídos del subsuelo y que estaban enterrados sobre capas de cemento y asfalto a unos 20 centímetros del suelo.
Para los curiosos, todavía se pueden ver restos amontonados de esos raíles que han cortado en la esquina de Juan Rejón con Albareda rodeados de vallas metálicas (desconozco que harán con ellos). Sirva para recordar la historia ‘viva’ de la ciudad que nos sorprende por momentos con esas excavaciones al salir a la luz esos raíles colocados hace más de un siglo. También forman parte de los recuerdos de la Playa de las Canteras pues eran el medio de transporte más ágil para que las “2 ciudades: Triana -Puerto” estuvieran unidas.
A modo de curiosidad, las locomotoras del tren denominado ‘La Pepa’ parece ser fueron llamadas así porque inició su andadura el día de San José de 1942. Muchos, entre los que me encuentro, pensábamos que ése fue el primer artilugio que hubo en la ciudad sobre raíles, pero nada más lejos de la realidad, existió un tranvía de vapor a principios del siglo XX y otro eléctrico, ambos anteriores a ‘La Pepa’.


Dedicado a D. Luis García de Vegueta cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria, durante más de 30 años, que tantos recuerdos dejó de la historia de su ciudad, y que durante su larga vida subió a todos esos ‘cacharros’.
Por cierto, ¿estas calles les suenan de algo? Carlos Navarro Ruiz, Domingo J. Navarro, Eduardo Benítez Inglott, Prudencio Morales, Luis Doreste Silva, son nombres de cronistas oficiales de la ciudad a lo largo de su historia; pues D. Luis García de Vegueta bien merecería también una calle en su recuerdo.
Por Sebastián de la Nuez Domínguez