Una historia de Sebastián de la Nuez Domínguez
Quién no recuerda esa llamada de la megafonía desde la zona del Reina Isabel, se hacía el silencio en la playa, y no solo por el respeto que se tenía antes a la policía (a quién no le quitaron un balón por estar jugando en la orilla), sino porque era una llamada que casi siempre implicaba ayuda porque se había perdido algún menor en la playa. Eso era un disgusto tremendo, aunque un día laboral cualquiera abrías la puerta de tu casa para que el chiquillo se fuera ‘pá’ la calle a jugar, no tenías ni idea de adonde iba, con quien estaba, lo que hacía, daba igual, él llegaba ‘pá’ la cena (lechita en polvo Millac y gofio La Piña, para mojar los cachos de pan duro que sobraban del día), pero que el chiquillo se perdiera en la playa eso era un disgusto tremendo.
Estos días que he pasado en la playa no he podido sino recordar, una anécdota de esas que no se olvidan, en aquellas fechas del clavo, la ronda, y los flash de cinco, cuando el acople de la megafonía te dejaba sordo antes de oír el “atención, atención, les habla la policía local de playas”.
Ese día el poli de turno, lo entonó bien fuerte , y continuó: “se ha perdido en la zona de la Puntilla un niño de 4 años, que responde al nombre de Carmelo, tiene el pelo corto rubio, y va completamente desnudo (en ese momento se hizo en toda la zona del Reina una carcajada comunitaria), si lo encuentran llévenlo al puesto del Balneario; se lució el policía (¡que grande!). Eran otros tiempos. Como hemos cambiado.
Tenemos altavoces en la avenida por todas las zonas de baño, y se ha modernizado todo, ahora cuando se pierde un menor no te habla el policía de guardia, y se han cambiado los vocablos, (hasta los turistas están informados en inglés), ahora suena algo así como “se ha perdido un menor entre la zona de Playa Chica y Playa Grande, por favor, si lo localizan pónganse en contacto con la policía en el puesto al final de la Calle Tomás Miller, es una información del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria”. Aquel gracioso día ya se podría haber despedido el policía indicando su nombre, nadie de los que estábamos nos olvidaríamos de él.
La ciudadanía está por la labor de ayudar y colaborar, no estaría de más que cuando se extravíe un menor en la playa den alguna seña más explicativa (alguna pista), al menos el nombre, la edad, si lleva camiseta o el color de bañador (esperemos que no todos estén desnudos), así, paseando por la orilla podrías fijarte en esos detalles y colaborar en la búsqueda.
No siempre la tecnología mejora las cosas. A ver si alguien lee ésto y lo puede trasladar, nunca se sabe, es a modo de propuesta.
En recuerdo de esos policías que tienen todavía un juego de palas y un balón de fútbol míos.
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Comentarios
Josemaria:
Mi caso fue más curioso. Resulta que teniendo no mas de cuatro años, me perdí en las canteras. Me cogió un policía y por más datos que me pedía yo no contestaba por mi gran timidez. Lo más curioso es que yo conocía a ese policía , era un vecino mío. Seguramente por lo poco normal de sitio, el tampoco me reconoció…..
Choni:
ja, ja, muy bueno si señor me he reido un cacho
Enrique:
Me ha encantado el post. Yo también recuerdo un episiodio similar (o el mismo) pero con el engolado lenguaje que usaban
Les habla la policía municipal: Se encuentra en este centro emisor, sito en el paseo de Las Canteras a la altura del balneario municipal, el menor de (¿cuantos años tienes mi niño?) cinco años de edad que manifiesta llamarse (¿cómo te llamabas?) Antonio, y que porta bañador, no, no porta bañador. Se ruega a sus padres que se personen en las citadas instalaciones para recogerlo.
Juan Boza:
Efectivamente es como comenta Alejandro. Me parece aun oír ese toque de aviso y la explicita forma de dar el aviso.
Alejandro:
Felicito al autor del artículo además de lo que nos hace recordar nuestra época de infancia nos recuerda lo importante de colaborar en la playa. Enhorabuena!!