Tras la polémica surgida por el rellenado de la orilla de grandes piedras, y tras la reacción en contra de los surferos que temían que se estropeara la buenísima ola del LLoret, aparte de la imposibilidad de entrar y salir del agua, la constructora encargada de los trabajos a instancia del Ayuntamiento capitalino pudo rectificar y volver a quitar las piedras.
Los trabajos continúan con el retranqueo de la escollera, y la habilitación de dos “corredores” para facilitar el acceso a la orilla de l@s surfer@s.