Éramos todos el mismo niño en la luz de aquel barrio, la misma infancia despuntando en los mismos rostros pero en edades distintas. La infancia existe mas que los niños, como la vejez más que los viejos. Lo que existe es la infancia, la juventud y la vejez, pasando a través de nosotros, como la aurora, el día y la noche a través del mundo, y a través del mar porque fuimos -y somos-. Hijos de sus orillas.
Texto: Arturo Maccanti.
Fotos: Tino Armas.