(Foto: Manolo Padorno con Elvireta Escobio y José luis Gallardo por la orilla de la playa de Las Canteras)
Nota de prensa.
• Intelectual, poeta, editor y pintor, Padorno es autor de una de las obras más destacadas de la Generación de los 50
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha instalado la placa que lleva el nombre del poeta Manuel Padorno, vecino de la zona conocida como Punta Brava, en el Paseo de Las Canteras. Tal y como fuera aprobado por el Consejo Municipal de Cultura, Punta Brava ya es Punta Brava – Paseo Poeta Manuel Padorno.
Allí, en la casa en la que residió Manuel Padorno (Santa Cruz de Tenerife, 1933 – 2002) junto a su mujer, la también poetisa Josefina Betancor, puede leerse ahora, bajo el nombre del Paseo de Las Canteras, Punta Brava – Paseo Poeta Manuel Padorno. De esta manera, el poeta que afirmaba que Canarias posee la mejor calidad de luz del mundo -convicción que formalizó en símbolos como “el árbol de luz”, “el vaso de luz”, “la gaviota de luz”, “la pirámide de luz”, etc.- tiene ya un espacio en el callejero de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, ciudad que lo nombró Hijo Adoptivo a título póstumo, en 2003.
La obra del poeta Manuel Padorno es una de las más importantes de la generación poética del 50, así como su figura fue la de un intelectual destacado, poeta –autor de una veintena de títulos-, editor –creó junto a su mujer Taller de Ediciones JB – y pintor, dinamizador de la cultura canaria, dentro y fuera del Archipiélago.
Padorno recibió en 1962 el Accésit del Premio Nacional de Poesía Adonais con A la sombra del mar; el Premio Canarias de Literatura, en 1990; y el Premio Nacional Pablo Iglesias de Letras y Pensamiento, en 1993.
Bajo la luz de Las Canteras puse
mi cuerpo al sol, y mi alma toda
entre algún libro: Hermann Hesse, Sartre,
Dostoievski, Alberti, Nietzsche. Todavía.
Está mi cuerpo al sol sobre la arena
Aún tibia de la tarde roja. Todavía.
Están mis huellas en la arena, hundidas
entre La Sise y La Puntilla. Donde
tú has puesto el pie, mi pie debajo
está, donde tu cuerpo, estuve siempre
Yo también.(…).
El corazón fue dando pasos
de mano en mano, de hombre en hombre,
de desgracia en desgracia fui viviendo
otras vidas, fundiéndome con ellas.
Bajo la luz de Las Canteras puse
Mi pensamiento, mi conciencia de hombre;
el mar me cubrió el pecho y también el amor.
Manolo Padorno
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