“En el mar no hay pasado, presente o futuro, sólo paz”. Jacques Cousteau

Calor, protégete del sol durante las horas centrales del día. Calima

Pregón del 103 Aniversario del Real Club Victoria por Eduardo Manuel Martínez Ramírez

(Eduardo Martínez posa con su mujer antes del accidente, y después con su amigo Aarón)

Agradezco profundamente a la Junta Directiva que me haya elegido como pregonero para el 103 Aniversario del Club, labor que es un honor para mí realizar.

Once meses después de mi accidente puedo estar con ustedes. Es mi deseo que mis palabras aporten el valor necesario para afrontar los obstáculos que nos pone la vida, y que los enfrentemos con el mayor esfuerzo y entrega que nos sean posibles, prevaleciendo las ganas de vivir ante cualquier barrera que se anteponga ante nosotros.

Para mí, como socio de esta entidad, Isletero de pro y amante de nuestra playa de Las Canteras, es un privilegio poder formar parte del club en este Aniversario. Y quisiera dedicárselo a todos los que en estos 103 años han formado parte de él, en especial a mi abuelo Manuel Ramírez Sanabría, que falleció hace unos meses.

Desde el año 2008 tengo la suerte de poder formar parte de la sección de triatlón del Real Club Victoria, el triatlón es un deporte que une tres disciplinas, la natación, el ciclismo y el atletismo, ese año tuve la suerte de ver en París el final del Tour de Francia en los Campos Elíseos y observar como un español, contra todo pronóstico lo ganaba. Unos días después, Carlos Sastre dijo que las claves de su triunfo eran tres palabras que le dijo su padre, y que llevaba siempre con él, que son Ilusión, Esfuerzo y Sacrificio, sobre la marcha me las apropie. Cada vez que tenía una prueba o un reto profesional me las repetía sin cesar y hoy hablaré sobre ellas.

La Ilusión es el motor que nos lleva a conseguir nuestras metas, con nuestra pareja, familia y amigos, es la llama de la vida sin ella nuestro corazón se para, se inmoviliza.

Nuestra entidad tiene claros ejemplos de ello, el primer presidente Don Pepe Gonçalves, lleno de ella, creó el equipo de fútbol que aglutinó las ilusiones de nuestros abuelos, del barrio y ciudad durante décadas, para después formar parte del gran proyecto de nuestra Unión deportiva.

Hace poco leí que el deporte es como una mina de pasión, sólo hay que explorarla para que salga al exterior todo lo que ella encierra y vigorice nuestra capacidad de reacción ante las circunstancias de la vida.

Formar parte un club hace que nos reunamos bajo la misma pasión un grupo de personas, sumando voluntades personales en beneficio de una voluntad común. Los deportistas tenemos nuestras fortalezas y también nuestras debilidades, y dependerá de nosotros, de nuestros entrenadores y de los compañeros, que lo fuerte prevalezca siempre, y que nuestras debilidades no afecten al funcionamiento del equipo.

En estos años, siempre afronte con la mayor ilusión cada entreno y competición que compartía, desde mis primeros triatlones hasta el Ironman del año pasado, pasando por las travesías a nado entre las Islas de Lanzarote y Fuerteventura, Islotes, y descenso del Rio Sella. Si algo echo de menos son los entrenos por nuestra bahía, por Arinaga, La finca de Osorio, las rutas en bicicleta por las montañas de la Isla y las experiencias vividas con grandes compañeros de entrenos que hoy están aquí.

Después del accidente, cuando nos reunimos con el médico para comentarme la lesión que tenía, y que no podría volver a caminar, inmediatamente le pregunté si podría volver a nadar, su respuesta fue nada te lo impide.

Cada brazada que doy en esta vida, es como volver a empezar con la máxima ilusión recordando todo el camino recorrido y lo que nos queda por compartir.

La segunda de las palabras, es el esfuerzo, se define como el empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades.

En el deporte como en la vida, se nos presentan retos y reveses que tenemos que vencer con dosis altas de esfuerzo.

Siempre he pensado que con entrega y dedicación se consigue todo, dependiendo del talento se tardará más o menos tiempo, la clave está en perseverar en nuestros objetivos, trabajando juntos por un fin común.

Un gran ejemplo de ello es este club, que introdujo la práctica del fútbol en la isla, y fue el primer equipo de fútbol canario que se desplazó a la Península para disputar varios partidos. Después de los cuales, varios integrantes ficharon por el Español y el Europa, y fruto de dicho esfuerzo tuvimos el primer jugador internacional del fútbol canario, Padrón El Sueco.

En otras disciplinas deportivas, destaca la formación de la escuela de vela, la natación en categoría master ya desaparecida, el apoyo en pruebas de diversas disciplinas, y por supuesto el triatlón.

Desde el año 2008 existe la sección de triatlón en el club, fruto de una colaboración con el club Trican, numerosos deportistas han pasado por ella, y participado en triatlones, carreras, pruebas de montaña y travesías a nado con la máxima dedicación y entrega.

Durante estos años, he podido disfrutar de horas de esfuerzo y dedicación con mis compañeros de equipo y con otros triatletas, quedando de relieve que a pesar de que es un deporte solitario al final somos un equipo.

Cuando un deportista se lesiona de gravedad, como es mi caso, tiene dos caminos, lamentarse y mirarse sus heridas o ver que puede hacer por volver. Para ello, debes observar la magnitud del obstáculo y ver la cuantía del esfuerzo que debes emplear para superarlo, no volveré a ser el mismo pero cada “paso” que doy lo saboreo como si hubiese llegado el primero.

Para volver a nadar he tenido que esforzarme al máximo, siendo consciente de mi grado de lesión, he tenido que readaptar mi cuerpo a las nuevas circunstancias, reaprender a respirar, a mover y estirar los brazos, a avanzar y aguantar metros, junto con un gran equipo de profesionales, sin los cuales no hubiese sido posible.

Actualmente, entreno de lunes a sábado para poder volver a nadar en competiciones, en el CN Metropole, gracias al esfuerzo de mis técnicos, mi fisioterapeuta y el club, he podido volver a nadar, atrás quedan las primeras experiencias después del accidente en la piscina donde para flotar me pusieron 5 flotadores, o fui incapaz de ponerme el gorro de natación el primer día al carecer de equilibrio. Sé que me quedan muchos kilómetros para volver a ser nadador, pero ganas y esfuerzo me sobran, el cuerpo me pondrá el límite.

Como dijo Gandhi “La fuerza no proviene de la capacidad física sino de una voluntad indomable”, cuando quieres alcanzar una meta, más allá de tus límites físicos piensa en lo maravilloso que es perseguir y alcanzar tus sueños.

Quiero volver a sentir algún día la sensación que te envuelve de felicidad cuando terminas un Ironman y lo vives con la persona que más quieres, o la prueba de amistad que es terminar una Bocaina al llegar después de 15 kilómetros nadando con tus amigos. En ello irá mi esfuerzo y el tiempo dirá.

La tercera de las palabras es sacrificio, palabra que entiendo como esfuerzo extraordinario para alcanzar un beneficio mayor, venciendo al conformismo, y comodidad.

Debemos tener en mente, que el sacrificio es un valor muy importante para superarnos en nuestra vida por la fuerza que imprime en nuestro carácter. Compromiso, perseverancia, optimismo, superación, son algunos de los valores que se perfeccionan a un mismo tiempo, por eso, entiendo como sacrificio como una fuente de crecimiento personal y nunca como un valor que sugiere sufrimiento y castigo.

El verdadero valor del sacrificio consiste en sobrellevar algunas situaciones intentando poner buena cara, sin quejas ni lamentaciones. El espíritu de sacrificio no se logra con las buenas intenciones, se desarrolla haciendo grandes esfuerzos. Quien vive el valor del sacrificio, va por un camino de constante superación y valentía ante la adversidad.

Un buen ejemplo de sacrificio ocurrió en este club, en el año 1949, donde nuestro equipo de fútbol consiguió tres títulos en disputa en nuestro Archipiélago: el Provincial, el Regional y la Copa. Gestando, junto con los clubes Marino, Gran Canaria, Unión Atlético y Arenas, la fundación de la UD Las Palmas. Fruto de esa unión nuestro club sacrificó parte de su patrimonio con 10 jugadores, su entrenador y material deportivo por un proyecto, que 64 años después, creo que ha valido la pena.

Durante mi etapa de triatleta pude ver como algunos de los integrantes de la sección nos sacrificábamos, para después de largas horas de trabajo, ir a hacer hasta dos sesiones de entreno diarias entre semana, y levantarnos los sábados y domingos cuando todavía el sol no había salido, para entrenar durante 7-8 horas, con la máxima dedicación y esfuerzo. Fruto de ello, varios pudimos terminar el Ironman, travesías de larga distancia, pruebas de montañas como la Transgrancanaria y Transvulcania, maratones, medio Ironman, e innumerables pruebas.

Nunca pensé que la prueba más dura vendría después de un accidente, con mis músculos rocosos e inamovibles, a base de sacrificio, esfuerzo y mucho trabajo han vuelto a tener elasticidad y se deslizan en el agua. L

Largas y duras jornadas para avanzar poco a poco, quedando un largo camino para llegar a donde queremos.

Hay un poema que resume lo que quiero expresar en este pregón, mientras nos quede un halo de esperanza y de pasión debemos aferrarnos a ello, dando el “paso” y no quedándonos inmóviles al borde del camino. Con ilusión, esfuerzo y sacrificio persigamos nuestras metas en la vida, venciendo los obstáculos que nos vayamos encontrando en ella, por muy duros que sean, el poema es:

No te salves de Mario Benedetti

No te quedes inmóvil

al borde del camino

no congeles el júbilo

no quieras con desgana

no te salves ahora

ni nunca

no te salves

no te llenes de calma

no reserves del mundo

sólo un rincón tranquilo

no dejes caer los párpados

pesados como juicios

no te quedes sin labios

no te duermas sin sueño

no te pienses sin sangre

no te juzgues sin tiempo

pero si

pese a todo

no puedes evitarlo

y congelas el júbilo

y quieres con desgana

y te salvas ahora

y te llenas de calma

y reservas del mundo

sólo un rincón tranquilo

y dejas caer los párpados

pesados como juicios

y te secas sin labios

y te duermes sin sueño

y te piensas sin sangre

y te juzgas sin tiempo

y te quedas inmóvil

al borde del camino

y te salvas

entonces

no te quedes conmigo.

No nos quedemos al borde del camino, vayamos juntos por la vía de la amistad y el amor y sigamos creciendo y viviendo en nuestro Real Club Victoria.

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