En los últimos dos años, el Cabildo de Gran Canaria ha invertido más de 23.000 euros en distintos proyectos dirigidos a la recuperación de uno de los enclaves arqueológicos y medioambientales más importantes de la capital: las Cuevas de Los Canarios, en El Confital.
Declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Zona Arqueológica en 2009, las cuevas fueron construidas por los antiguos canarios hace más de cinco siglos. Sin embargo, hace unos años fueron ilegalmente ocupadas por unos desaprensivos que, además, de verter basura en las cavidades y su entorno, las incendiaron en 2011.
Paradójicamente, el suceso sirvió para la expulsión definitiva de los ocupantes y, desde entonces, el Cabildo ha puesto en marcha un ambicioso plan de recuperación al que en breve se sumará la inclusión del conjunto en el programa de rutas guiadas que promueve la institución insular para la difusión del patrimonio histórico grancanario.
Vida rupestre
Los moradores de estas cuevas aprovechaban los recursos naturales que ofrecía la zona, dedicándose sobre todo a la pesca, al marisqueo, la recolección de hierbas y al pastoreo. Además, la existencia de pequeños graneros indica la existencia, probablemente marginal, de actividad agrícola (se sabe, por ejemplo, que a mediados del XVIII se cultivaban cereales en el interior de zonas próximas hoy gestionadas por el Ejército). A su muerte, los habitantes eran enterrados en un cementerio desaparecido en el XIX, pero del que se conservan fotografías realizadas por la escritora inglesa Olivia Stone.
Hoy en día, las cuevas aún presentan espacios domésticos, pequeños silos para almacenar alimentos y enseres, escalones laborados, ventanucos y, unos metros hacia el sur, restos de una cantera de molino.