Opinión:
Mal trago le hicieron pasar este domingo en la fiesta por el fondeadero a la Concejala Mimí González. Policías municipales en lucha y manifestantes contra las boyas colocadas en la bahía se unieron para aguarle la fiesta.
Nadie duda de las magnificas intenciones de la concejala de acercar el mar a los ciudadanos de esta ciudad, pero vivimos tiempos revueltos, de mucho nerviosismo y cualquier ocasión es aprovechada para mostrar el desacuerdo existente entre el pueblo y nuestros gestores.
Muchos relacionan las boyas del fondeadero como la avanzadilla para un futuro pantalán o muelle-embarcadero en El Confital para facilitar la actividad náutica en la bahía. Tema delicado. La culpa es que se ha perdido la confianza en los políticos y en sus intenciones. Nosotros creemos en Mimí, también sabemos que las boyas no serán aprovechadas, pero comprendemos a los manifestantes que dudan de los proyectos futuros para la bahía y El Confital. Si existiera un proyecto de uso y gestión consensuado entre todos para cada espacio de esta magnifica bahía nadie se opondría con razones y no habrían estas dudas.
La Bahía de El Confital ha mantenido su estabilidad ambiental durante siglos gracias a la poca intervención de su costa. Algunos ejemplos negativos como la construcción de Los Muellitos en La Cicer o la misma variante de salida de la carretera del norte ya afecto en la corrientes y con ello a la acumulación de arena en la playa. Razones más que suficientes para mantener la Bahía de El Confital como hasta ahora. Limpia de estructuras que puedan hacerla variar. Los que aman esta playa y la viven les gusta así; que los rebosos te prohíban salir a la bahía o que sea una aventura llegar al Confital. Ha sido así durante muchos años y lo mejor es que así continúe.
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