Este juego, del que ya no me acuerdo el nombre, se practicaba generalmente en la orilla de la marea y con el agua hasta las rodillas mas o menos. Se componía de dos equipos de dos participantes cada uno.
Hacíamos un sorteo a ver a quien le tocaba debajo primero. El que ganaba se ponía sobre los hombros del otro, o sea escarranchado sobre el totiso. El de abajo sujetaba al de arriba por las canillas y de ésta manera se luchaba con la otra pareja hasta que caía el contrario. Una especia de torneo. El zangoloteo que le metíamos al de abajo con frecuencia traía serias consecuencias.
A mi hermano Juan García ( Juanito el Zurdo para los futboleros playeros) después de una sesión de estas lo tuve que acompañar a Telde a que lo viera un sobrino del famoso Amador especialista, muy bueno por cierto, en torceduras, tortícolis, malos jeitos, espaldas abiertas, cuerdas encaramadas etc., pues ocurrió lo que cuento.
Estábamos almorzando e casa y en vez de llevarse la cuchara a la boca, la cabeza se le iba para abajo hacia la cuchara. Paso, bueno, pasamos un buen susto. A mi madre casi le da un fatuto. Bueno, pues según iba diciendo, lo llevamos a Telde y con calor aplicado a la zona del pescuezo y unos masajes con las sabias manos del especialista los músculos dañados se fueron entonando y quedo para la próxima. Lo que paso fue lo siguiente. El jinete que le toco encima, el amigo Aurelio Gutiérrez Brito por mas señas, se pasaba del peso reglamentarlo y con las sacudidas de la agarrada casito le disloca el cuello.
Como se ve eran juegos “inofensivos”. Te podías desnucar, o con mucha suerte pasar una semana todo cambado con dolor de espalda o con una tortícolis que para mirar para los lados tenias que girar completo como si fueras un ropero., que tiempos.