Con llantos, gritos y ataques de ansiedad despidieron este sábado las plañideras y las viudas a su amada Sardina. Vestidas de riguroso negro, miles de personas acompañaron a la difunta por las calles de la capital grancanaria hasta que fue incinerada en la playa de Las Canteras. Se terminaba así con cuatro semanas de desenfreno carnavalero que llenó hasta anoche el parque Santa Catalina de piratas dispuestos a quemar el último cartucho.
La marcha fúnebre en memoria de la Sardina, decorada como una auténtica filibustera, comenzó poco antes de las 18.00 horas en León y Castillo, a la altura de la plaza de la Feria, para finalizar en Las Canteras, a donde llegó pasando por la calle Albareda y girando por la calle Gran Canaria. Además de la carroza que llevaba al pescado, otras tres le dieron ritmo y color al encuentro al que se fueron uniendo más y más carnavaleros a su paso por la ciudad.
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