Bueeeeno, pues ya estamos aquí un año más. Con un cielo azul profundo, alguna que otra nube impulsada por los alisios y 21 grados de temperatura en el agua, nos sumergimos hoy en los fondos de Las Canteras, por primera vez este año, para retomar nuestra clásica serie de la mano de Tino Armas y su fantástica web.
Mientras nadaba hacia la barra aleteando violentamente para matar el frío, me secundaba (¡cómo no!) la pandilla de salemas que había acudido a recibirme frente al peñón nada más oír mis primeros chapoteos. Soltando una carcajada a través del tubo, imaginé la escena vista desde arriba: un nadador avanzando lentamente en línea recta mientras es perseguido por un pelotón de hambrientos peces. Entonces reparé en que no habíamos dedicado ningún capítulo de la serie a las agrupaciones que suelen formarse en cualquier hábitat submarino.
Un banco (también llamado cardumen) es una asociación de peces generalmente de la misma especie y tamaño. Los beneficios de esta clase de asociaciones son varios. Por un lado constituyen un mejor mecanismo de defensa ante predadores, ayudando a mejorar la pronta detección de los mismos y dificultando que el atacante fije su punto de mira en un individuo en concreto. Al mismo tiempo suponen un mayor incremento en las posibilidades de encontrar alimento y también facilitan el emparejamiento y, por tanto, la reproducción.
Muchos y variados son los bancos de peces que podemos ver en Las Canteras. No suelen ser muy densos, dado el tipo de ecosistema (generalmente entre 5 y 20 individuos) pero su avistamiento es seguro a poco que cubramos una zona relativamente grande en nuestra inmersión.
Al grito de “¡uno para todos, todos para uno!” se pasean por Las Canteras el inevitable banco de salemas del Peñón, los de galanas y pequeños alevines junto a la barra grande, el de viejas cerca de la Peña a la que da nombre, el de sargos breados de las boyas del Loopys, el de herreras al atardecer en el charcón, los de seifías y roncadores de la zona de Los Lisos, y uno mixto de salemas y sargos que se forma a primeras horas del día en la barra, casi a la altura de playa chica, y permanece allí hasta que el ser humano hace acto de presencia.
También hay otros menos comunes, que se dan sólo en algunas épocas del año, como el de bicudas de Peña La Vieja o el de jureles que se mueve entre el Reina y el pasadizo.
Les dejo algunas fotos de estas ilustres pandillas de Las Canteras con las que tenemos la inmensa fortuna de compartir el baño.
¡Un saludo Canteranos!
Texto y fotos: Manuel Marichal.
www.manuelmarichal.com
Ayúdanos a seguir informando día a día sobre nuestra playa: dona