Los vecinos queremos denunciar esta situación de ruidos constantes, todos los fines de semana y hasta altas horas de la mañana.
Desde las pasadas navidades, los vecinos estamos padeciendo las continuas molestias que produce el castillo hinchable instalado en la plaza de la Puntilla. En principio, todo parecía indicar que se trataba de una iniciativa puntual, de un par de semanas, para que los chiquillos de nuestra ciudad pudiesen disfrutar de un rato de diversión y completar, así, la visita familiar al belén de arena navideño.
Pues bien, cinco meses después, ahí continua, a modo de instalación semipermanente, el dichoso castillo hinchable, emergiendo cada festivo y fin de semana, justo cuando los que vivimos en la zona nos encontramos en casa para disfrutar de nuestro tiempo de ocio y tranquilidad.
Aparte del horroroso impacto visual que provoca, impidiéndonos ver el mar desde casa, lo peor es el castigo psicológico, propio de la base norteamericana de Guantánamo, que supone estar escuchando, desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche, un par de compacts con insoportables versiones de lo peor del pop en español, cantadas por los Pitufos.
Por si esto no fuese poco, cada cierto tiempo, la señorita que cobra/mantiene/cuida esta atracción de feria, hace uso del micrófono para advertir a los usuarios que “se les ha terminado o el tiempo”, que “los padres han de vigilar a sus niños, ya que no hay cuidadores”, que “han de pasar descalzos por el área de juego”…Un día de gran demanda, dicha señorita puede hacer uso del micro cada cinco minutos.
Los vecinos de La Puntilla siempre hemos entendido los diferentes usos lúdico-sociales de la plaza de La Puntilla; hasta ahora, han venido celebrándose diversos eventos deportivos, en horario de manaña durante los fines de semana, y, ocasionalmente, para el lanzamiento de voladores en los carnavales o en las fiestas fundacionales de la ciudad.
Pero esta atracción de feria, que en principio iba a ser desmontada el pasado 3 de abril
Para colmo de males, durante la noche de este viernes, en las inmediaciones de las dependencias del Club Victoria, se celebró una fiesta “rociera” con la música puesta a volumen de “mogollón de carnavales”, hasta las tres de la madrugada.
Esperemos que no prolonguen la fiesta esta noche, aunque todo hace parecer que la juerga continuará, dado que las barras y la carpa aún continúan montadas.
Remitido.
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