¿Quién ha dicho que no hay paraíso terrenal? ¿Quién dice que en el mar no hay primavera? Ambas cosas son posibles, viviendo y sintiendo la playa. La playa como paraíso donde las sensaciones y emociones están a flor de piel. La playa donde el horizonte no es daga sino invitación hacia otras orillas posibles. El paraíso sin sus tentaciones no existe. Y la playa las tiene…o quién es capaz de lanzar la primera piedra y decir que no se ha deleitado con la belleza de los cuerpos, escondiéndose tras unas gafas de sol. Pero no sólo las tentaciones definen este paraíso cercano, sino sus secretos y tesoros. La playa de Las Canteras contiene un mundo submarino lleno de sorpresas. Rincones que alumbran una viveza inusitada; sus bancos de salemas, sus cangrejos araña, sus gusanos de fuego, sus mantelinas y vacas marinas…Un paraíso para recrearse….Y finalmente, todo paraíso tiene sus huellas, sus lugares prohibidos y sus peligros….
Y por otra parte, el sol caminando sobre el horizonte, ya anuncia la primavera. Así la playa “florece” a su manera. Los colores del mar se hacen más intensos, y pasan de los grises tormentosos a los verdes esmeralda. Los días de la primavera playera anuncian cierta retirada de algunos tipos de algas, y la vuelta de la vida llena los charcos. Las olas se vuelven más azules. Se atenúan sus crestas revoltosas y brota un burbujeo interior parecido a la alegría.
Montse Fillol
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