En principio queremos de una forma muy sencilla y explicita intentar expresar algunos de los logros y decepciones del año 2007 en lo referido a la playa de Las Canteras y su castigado entorno urbano, por supuesto que son opiniones solo nuestras, y donde se puede estar de acuerdo o no.
Empecemos por lo “malo” del 2007.
Seguimos esperando solucionar el problema de la acumulación de arena, tras muchas promesas todo sigue igual. Ni con el cambio político municipal, más afín al Ministerio de Medio Ambiente se han acelerado las ganas políticas de extraer arena. La diversidad natural de la playa poco a poco va sucumbiendo ante la desertificación de la misma.
En este año de cambio de color político en la gestión, no se termina de reaccionar, seguimos sin darle la importancia que tiene a la playa y a sus barrios colindantes. Los dineros destinados a la playa van a menos, se hacen cosas buenas, como el supervisitado Belén navideño gigante ( algo caro, para nuestro gusto), o por fin una iluminación navideña decente, pero la no puesta en marcha de un buen proyecto global y definitivo para la playa y las calles que llegan a ella, hacen que el barrio Puerto-Canteras no termine de despertar. Un ejemplo puede ser la falta de interés por arreglar las calles peatonales, verdaderas callejuelas desordenadas, sucias y feas. Calles por donde los turistas y cruceristas intentan descubrir sin conseguirlo la esencia antigua de este barrio porteño. Este barrio desde La Isleta a Guanarteme necesita una lavada de cara importante.
Otro tema importante para nosotros sigue siendo la falta del sensación de que hay un gobierno que nos “gobierna”. La policía turística, si todavía existe, no ha resuelto la gran necesidad de tener una policía especializada de playa, unos agentes que controlen desde los carteristas ( siempre son los mismos), hasta el señor que sobrealimenta a nuestros peces con sacos de levadura o a las gaviotas con kilos de pollo. Una policía moderna, eficaz y ambiental, provista de medios modernos para ejercer su labor, que chapurree idiomas, simplemente que conozca la playa y sus gentes. El tema de la cruz roja es similar, con el dinero que la ciudad paga, se podría diseñar un buen plan de seguridad para toda la playa durante todo el año, no como ahora que se deja gran parte de la playa y horas sin vigilancia por la falta de un proyecto lógico.
Se ha ido el 2007 y seguimos esperando, por ejemplo, que se solucione los vertidos del Barranco de la Ballena, que la biblioplaya de La Cicer se vuelva abrir, que se note el avance en la construcción del Centro de Ocio de La Cicer, que se definan por fin los usos de la utopía de El Confital, que se empiece a estudiar la forma de cambiar las farolas “industriales” del paseo, que se ordene los locales de la Avenida de Las Canteras, que se controle el botellón de el Parque de la Música o que se plante algo verde en algunos de los muchos de agujeros sin nada de nuestras calles peatonales.
El 2007 nos trajo la buena noticia del comienzo en los tramites por medio de la Viceconsejería de Pesca de la tan esperada Reserva Natural de El Confital. Es un sueño que entre todos tenemos que hacer realidad, no perdonaremos que por cuestiones políticas se vaya al traste.
El 2007 ha sido el año de la concienciación ciudadana por el cuidado de la playa, incluido El Confital. Todavía se recuerda como se puso el pueblo cuando se intento colocar una fea y mamotreta construcción infantil sobre la arena, el pueblo paro el desaguisado, y el concejal Sabroso rectifico. O como se pone la “gente” tras el desastre ambiental post fiestas de San Juan.
Muchos son los playeros que saben como la arena va matando la rica fauna de la playa y muestran su apoyo a las extracciones. Son muchos los anónimos usuarios de la playa que día a día ayudan recogiendo plásticos o desperdicios de la orilla de la playa. Los playeros de verdad saben el valor que tiene esta playa y su modesta entrega es total y necesaria, ahora y en el futuro.
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