La nueva barandilla de acero inoxidable instalada en Alcaravaneras nos ha traído a la memoria el deseo expresado en verano por el Ayuntamiento de conseguir la bandera azul para esta céntrica playa en 2008. Claro que entonces los nuevos concejales acababan de tomar posesión y estaban eufóricos, “borrachos de poder”.
Lo curioso ahora es que no es la Concejalía de Playas la que ha cambiado la vieja barandilla sino la Concejalía de Fomento, que dirige Barrios. Es decir, no se trata, como cabría pensar, de una primera actuación de Playas con vistas a alcanzar la prometida bandera azul; está enmarcada, en cambio, en una nueva “filosofía municipal de mejorar las infraestructuras en los viales”, que en principio nada tiene que ver con la situación específica de la playa.
A pocos meses vistas para el próximo verano, sería muy ingenuo creer en la posibilidad de ganar esa bandera azul pero toda mejora de Alcaravaneras es poca y merecida: ¡Cuántas ciudades querrían tener una playa como Alcaravaneras en su centro! ¡Cuántas!
Evitar cualquier tipo de vertidos, prohibir que fondeen los veleros, quitar el “muro de contenedores”, atracar enfrente a los grandes transatlánticos y cruceros, mantenerla limpia y vigilada, son algunas de las intervenciones que podrían realizarse en Alcaravaneras.
Con todo, es posible que el futuro real de Alcaravaneras dependa de los grandes proyectos que se hagan del litoral, entre los que no debería descartarse la unión en Alcaravaneras del barrio y la playa soterrando la avenida y peatonalizando ese cinturón de asfalto que los separa.
Veremos.
Luis del Río García.
En Alcaravaneras, a 23 de diciembre de 2007