“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Sábado de temperaturas primaverales

El Kayak de Mar: una aventura en el horizonte

Cuando la marea está “echá”, y no se oye su rumor, los amantes del kayak de mar miran el horizonte. Es el día perfecto para una buena paleada. Y es que, esos días, el kayak se desliza sin resistencia y sólo se oye el sonido de la pala entrar en el agua. Llevo dos años apuntándome en verano en las clases de kayak de mar del Club Victoria, en las instalaciones de La Puntilla, y todavía no sé si hay una embarcación más marinera que el kayak. El monitor un joven piragüista, Paris, que ama este deporte como pocos, enseña a perder el miedo a través de la práctica de distintas técnicas. Todo lo que cuenta, está basado en lo que hacen los esquimales allá en Alaska. Entre los hielos de Alaska y las aguas turquesas del Atlántico, para los amantes del kayak hay pocas diferencias (el frío, las focas y quizás alguna que otra cosilla).

El horizonte le echa un guiño al piragüista. Por lo demás, la pala hace que el mar se parta en dos. La filosofía del monitor, Paris, experto en Kayak de mar y con varias travesías alrededor de la isla, es que todo buen piragüista debe respetar todo lo que el mar ofrece. A través del kayak se siente una especie de libertad. En los buenos momentos, la embarcación y el piragüista son uno. Así que igual, que es necesario conocer las técnicas, también cada instante se revela como una aventura con el horizonte.

El kayak es una embarcación ligera, pero al utilizarla en un medio cambiante, hay que tomar precauciones. Un piragüista puede disfrutar de una aventura, evitando riesgos. Cada vez que se enfrenta a los elementos (viento, olas, corrientes, rocas) hay que buscar un entorno seguro, cuidar el material, conocer los propios límites, estar atento a la meteorología y a las mareas, y nunca ir solo. La práctica del Kayak es una mezcla, de pericia, esfuerzo, ganas y sentido común.

Prácticas

Al abrigo de la barra, embutidos con el cubre y el chaleco aprendemos a encontrar el equilibrio. La pala debe convertirse en una extensión de los brazos. Hay momentos en que el movimiento de la pala parece una hélice. La embarcación está a merced del piragüista y de los elementos. En un buen día, la piragua puede volar sobre el agua, escuchar sus susurros, ver peces voladores, y contemplar la playa de lejos. Una serpiente amarilla con sus bañistas, cascabeles y escamas de colores. Sólo cuenta el aire entrando en los pulmones. Luego la energía de la pala, y la proa cara al viento. Algo de “esquimotage” básico para darnos la vuelta con la ayuda del remo, del compañero o de los brazos. Algunos secretos de esta técnica están reservados para los más expertos. Estar sumergidos bocabajo y dentro de la piragua crea desconcierto. El monitor, nos ayuda a perder el miedo y a aguantar un poco la respiración. Todo está controlado…luego aprendemos a embarcar y desembarcar desde la orilla que está al lado de la rampa (al estilo tortuga) o a evitar vuelcos en la zona de olas de La Puntilla, “clavando lateralmente la pala en las olas”.

Rumbo al Zoco

Salimos fuera de La Barra a probar la pericia marinera adquirida o intuida. Nos dirigimos en grupo hacia la peña de La Tortuga (la gran roca que está en el mar frente a la Isleta), sorteando las olas de la boca de La Puntilla. Las olas en mar abierto son más anchas y densas. El susto de vuelco se va quitando con cada sube y baja, ancho y luminoso. Al llegar a la Peña de la Tortuga hay un corredor en el que cabe una piragua, la ola misma te permite cruzarlo. Nos acercamos a la bahía del Confital, sin aproximarnos demasiado a su famosa ola. En algunos lugares de las calas de la Isleta vemos restos de nasas, e incluso basura flotando. Algunos desaprensivos también ponen señales de botellas flotando con nasas. Entristece que al entrar en una de las cuevas de la orilla en dichas calas encontremos también bolsas y botellas de plástico. Este paraíso debería ser una joya a proteger y cuidar para todos.

El último día, la prueba más dura. Remar en mar abierto hacia el Zoco. Pasamos un buen rato en silencio. Nos alejamos de la playa, saboreamos la brisa y vamos dejando atrás un vaivén de mar en calma. Las olas se hacen más densas. Son masas de agua empujando un gran caudal, quizás el cielo mismo también se ha fundido en esta agua. Es un auténtico azul plomo. Los kayak avanzan lentamente. Vemos el Zoco a poca distancia. Es un lugar hostil y parece que una melena de agua se desmelena continuamente. Volvemos a la Puntilla con esa visión de mar atormentado. Con la densidad del agua picando aún en la popa. Todo el cansancio y la emoción nos la llevamos al cruzar la barra. Por un momento, pienso en que la pala se ha vuelto más ligera y ausente. Nos dejamos caer en la rampa del Club hasta la próxima paleada.

Seguridad en el Mar

Toda precaución es poca, y aquí es donde entra en juego el concepto de seguridad .Por todo ello, si deseas practicar el kayak de mar, deberías tener presente este decálogo del navegante:

1. Vigila la meteorología. Evita correr riesgos innecesarios. No salgas a navegar en caso de mal tiempo o mala visibilidad. Ten en cuenta que el viento y la mar pueden cambiar bruscamente en la costa.

2. Verifica las horas de las mareas y conoce las corrientes dominantes de la zona. Estudia las posibles dificultades del itinerario.

3. Respeta las zonas prohibidas a la navegación. Respeta a los demás usuarios ya sean pescadores, bañistas o buques. Nunca debemos suponer que la otra embarcación nos ha visto y maniobrará adecuadamente.

4. Ten presente las horas de luz solar. Evita salir al atardecer; si surge algún problema, caerá la noche, y si no vas equipado convenientemente será muy difícil encontrarte.

5. No te alejes innecesariamente de la costa. Respeta las zonas de baño: 200 metros en zona de baño y 50 metros en el resto del litoral.

6. Utiliza protección contra el frío: Traje de neopreno, camiseta térmica e hidrófuga, chubasquero con puños, cuello de neopreno y bandas reflectantes, escarpines con suela, bolsa estanca con ropa seca de recambio, termo con bebida caliente…

7. Lleva contigo el chaleco salvavidas, el cubrebañeras.

8. Puede ser útil una señal sonora, un espejo de señales, una bomba de achique portátil o fija, una linterna, un cuchillo, el cabo de remolque, carta náutica, luces químicas, agua y algún alimento de alto poder nutritivo.

9. No navegues solo. Hazlo en compañía. En grupo es más divertido y más seguro (mínimo 3 kayak). Mantén contacto sonoro y/o visual con tus compañeros de travesía y explica a alguien tu salida para que pueda dar la voz de alarma si retrasas tu llegada.

10. En caso de accidente no abandones nunca tu piragua intentando ganar la playa a nado. Sube a la piragua (aunque este volcada) y haz señales subiendo y bajando los brazos con la pala lentamente, utiliza todo las señales que lleves (bengalas, silbato…) para llamar la atención. Evita la perdida de tu pala sujetándola con un elástico. No sobrestimes tus fuerzas.

11. Emplea piraguas con cámaras estancas que cierren herméticamente y con suficiente flotabilidad en proa y popa, con líneas de vida, con anilla de seguridad fiable para ser remolcado en proa. Evita la pérdida de objetos de tu equipo amarrándolos con elásticos y cabos. Emplea colores llamativos en tu pala, piragua y vestimenta. Marca con tu dirección o teléfono de contacto tu kayak y tu material.

CÓDIGO DE SEÑALES DEL PALISTA DE KAYAK DE MAR

1. Un brazo elevado: “REAGRUPAMIENTO” (esta señal la podemos reservar para el líder del grupo. Todo el mundo debe ir donde este el líder, incluidos los que vayan delante).

– “Seguirme, este es el camino”

– “Venir, necesito ayuda”, “emergencia” (un palista en el agua hace esta señal, manteniendo la pala vertical, moviéndola repetidamente de un lado a otro).

2. “PARADA”: Mantener la pala horizontal por encima de la cabeza: “Esperarme” (puede realizarlo cualquier miembro del grupo, ejemplo, un palista rezagado)

– “parada, dejar de palear” (cuando lo realiza el palista que va el primero para hacer parar el grupo, por ejemplo, en caso de alguna dificultad, o para prevenir vida salvaje)

– “Peligro, alejaros de mí” (si el líder del grupo a continuación señala con la pala o el brazo a derecha o izquierda, palear hacia esa dirección y esperar nuevas señales).

3. “SOCORRO”: Mantener la pala horizontal y moverla repetidamente entre la cabeza y la bañera: “Mayday”, ayuda urgente o informa a los servicios de rescate. (Esta señal significa lo mismo que las bengalas o luces químicas. Esta es una señal reconocida internacionalmente, subir y bajar lentamente los brazos extendidos. Realiza esta señal solamente en caso de extrema necesidad, que nadie del grupo pueda socorrerte y que no puedas utilizar alguna de las anteriores señales de ayuda.).

Las imprudencias en el embarque y desembarque, tanto por parte de los bañistas que quieren acercarse a ayudar a las piraguas, como por los piragüistas inexpertos, producen algunos accidentes que suelen acabar con toda clase de traumatismos.

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Las basuras sólidas (restos de comidas, envoltorios de papel de aluminio, latas, envases, plásticos, papeles) que generemos durante nuestra navegación deberemos almacenarlos para tirarlos a una papelera o container donde nos aseguremos que pasaran a recogerlo. Lo mejor es llevársela a casa, en algunas playas si no es época veraniega pueden pasar meses en ser recogidas.

Llamando al teléfono 112 que es el Centro de Coordinación de Emergencias para toda Europa, funciona gratuito y sin monedas.

Montse Fillol

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