Todos los que estábamos este miércoles tarde sobre las 6:30 de la tarde a la altura de Punta Brava (casa de Manolo Padorno), pudimos observar como un impresentable con traje de goma de camuflaje (negro y manchones claros) y un fusil de pesca submarina más grande que él, se metía en el agua como si tal cosa. Unos bañistas le llamaron la atención, pero él ni caso. Esta no es la primera vez que le veo, en otra ocasión lo vi saliendo (con las luces del paseo ya encendidas) con cantidad de pesca y cuatro o cinco pulpos. Creo que ya es hora de que la policía ponga manos al asunto, que no sólo están para los perritos y pelotas. Sólo tienen que vigilar unos días entre la escalera del “”Mozart” y la de la calle Churruca y lo cogen, seguro. Ya es hora de ponerle una buena multa a ese caradura. Suele salir del agua cuando oscurece.
Una usuaria de la playa. ( Recibido por correo electrónico)
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