Desde Peña veo mejor (como en el oculista) el monumento al Atlántico de Gallardo que el móvil de César.
Lava sobre lava, el monumento de Gallardo gesticula allá en el Rincón como queriendo decirnos algo.
El juguete del viento de Manrique difumina sus descoloridos paneles giratorios en los reflejos del sol, que lo toman por su espantapájaros particular. Ni la luz de septiembre puede devolverle la vida del color. Las palomas y el óxido se le adueñan.
Hace unos años, Martín Chirino se quejó de que las autoridades municipales no cuidaban Lady Harimaguada, convertida en improvisado asilo de indigentes. El genial artista de Lanzarote habría hecho lo mismo.
Para que el estado de conservación de las esculturas urbanas sea el adecuado, el Ayuntamiento ha tenido la feliz iniciativa de crear una comisión de expertos que estudiarán la correspondiente ordenanza municipal.
Esperemos que así sea y que pronto podamos ver los resultados, pues el cuidado de sus obras artísticas dice mucho de una ciudad.
Sin salirnos del Paseo de Las Canteras nos podemos encontrar unas cuantas.
¡Qué vuelva a relucir este juguete de los alisios!
Luis del Río García.
En la plazoleta de La Puntilla, a 10 de septiembre de 2007
Ayúdanos a seguir informando día a día sobre nuestra playa: dona