“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Ambiente primaveral. Cielo precioso

Alcaravaneras se mueve

Sí. Alcaravaneras también se mueve. Las dos organizaciones vecinales de la zona (Alcaraván y Defensa de Ciudad Jardín) convocaron el viernes en las plazoletas del túnel Luengo una concentración para pedir que en el legendario Estadio Insular se haga un parque y un ambulatorio. La concentración exprés estaba convocada de ocho a ocho y media de la tarde y ya hay otra para el próximo día once, en que empieza “casualmente” la campaña electoral municipal.

Aunque estamos de elecciones y, lógicamente, la gente aprovecha, esta reivindicación de la popular Alcaravaneras y la colonial Ciudad Jardín no es nueva, viene de atrás. Desde que se fue la UD para el nuevo Estadio de Gran Canaria, el césped del Insular se ha convertido en apetitoso pasto de pujantes empresarios y políticos, y, claro está, el barrio (o, mejor, los barrios) no quieren ver allí un nuevo edificio sino una zona de ocio y servicio; tan necesarios, por cierto.

Fue poca gente a esta primera concentración pero era gente de esos dos barrios de idiosincrasia tan distinta. Se encontraron allí haciendo comunidad por una noble y cívica causa.

Nosotros creemos, y así lo hemos defendido aquí en otras ocasiones, que el viejo estadio sería también un buen sitio para una piscina. Y para una biblioteca: el Puerto carece de ella y en las casas actuales, tan pequeñas, casi no caben los libros ni se dan buenas condiciones en la vida de los ciudadanos normales de hoy para cuidarlos.

También Alcaravaneras (“playastra” de Las Canteras) es una gran playa urbana que no debería descuidarse, con derecho a biblioplaya y cámara web (¿Oyó, don Tino?): en realidad son una misma playa con dos caras marinas. Lo saben los granos de arena que, acumulándose en Las Canteras, quieren pasar a Las Alcaravaneras y las gaviotas, que van de una playa a otra.

En el contexto de un hipotético gran proyecto urbanístico y costero para toda la zona del Puerto, y no como un caso urbanístico aislado, debe pensarse el verdadero futuro del “recinto de Ciudad Jardín”, como lo llamaban con mucho sabor los locutores deportivos de aquellos inolvidables partidos de fútbol de primera división.

¡Que hablen los entendidos!

¡Ah, y que se salve la UD!

Luis del Río García

Frente al Estadio Insular, a 6 de mayo de 2007

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