“Cuando dos caminos se separan… toma aquel que se dirija a la playa”. Hannah McKinnon

Martes: saldrá el sol en las horas centrales. Luna llena

56 aniversario del cumplimiento de La Carta Magna por el grupo de la “Peña la Vieja”

En la zona de nuestra playa denominada de la Peña La Vieja se había formado una pandilla o grupo conocido con este nombre, y sus componentes eran jóvenes (chicas y chicos) de la vecindad mayormente en edades entre los 17 y 24 años. En el correo por mi remitido de fecha 12 de Marzo de 2005 y publicado en nuestra página en el apartado “historias” doy una reseña de todos los miembros y ruego me disculpen si alguien quedó rezagado. En el año 1950 (8 años después de un acuerdo verbal se decidió darle forma por escrito y los presentes del “Grupo” en aquel momento) firmaron un documento que se llama Carta Magna de la Peña La Vieja. Posteriormente se fueron agregando mas firmas. Ahora se cumplieron 56 años desde que se firmó por primera vez.

Entre otros puntos de La Carta se acordó que cada primero de año nos reuniéramos a las 12 horas en la orilla de la playa dando frente a La Peña para vernos las caras, y llegar nadando para subirnos a ella y alzar los brazos a los cielos cumpliendo con el compromiso. Los que no pudieran encaramarse a su lomo se aceptaba nadar a su alrededor ó simplemente tocarla en cualquier punto y regresar a la orilla. Finalmente los que por cualquier motivo no pudieran nadar permanecerían en la orilla sin adentrarse en el mar y contemplar a los que nadaban. Otra exigida condición es que hay que acudir a tal encuentro sin tener en cuenta las condiciones climáticas sean ó no favorables.

El año pasado (2005) disfrutamos de buen tiempo soleado y sobre todo el mar estaba en calma, pero este año el tiempo no era malo pero el mar estaba muy encrespado y la olas eran muy rabiosas y GRANDES (y lo pongo en mayúscula para dar mas idea de lo grande que eran las olas al reventar en la orilla) en tamaños de alrededor de tres a cuatro metros, y existe un lapso de tiempo (en canario jasío) de tres a cinco minutos que cada ola se toma su tiempo para cambiar de tamaño y de velocidad y luego arremete con tanto brío y fuerza como la embestida de un toro, que si no andas -o mejor dicho nadas – con rapidez te toma entre sus sinuosos y líquidos brazos y te zarandea, y te aprieta, y te sube, y te baja, y te lleva al fondo y vuelve nuevamente al ataque que te hace perder la noción del tiempo y lugar donde exactamente te encuentras, y no sabes si estas de pié o patas arriba porque no tocas fondo. A mi me tocó una serie que no salía de una y ya estaba nuevamente haciendo frente a la otra. Todas estas explicaciones las entiende perfectamente cualquier playero de verdad. Todavía estoy cogiendo resuello pero por lo menos lo estoy contando.

Ese día primero del año 2007 fue muy emotivo por lo acontecido durante el cumplimiento de nuestro compromiso. En primer lugar voy a dar los nombres de los que se implicaron y que cumplieron con lo estipulado, mojándose en la mar salada. Vicente y yo (su hermano) Julio Reyes. Los demás que cumplieron con su asistencia fueron Pepita García (fiel amiga), Héctor López y Manolo Fabre. Hasta ahí los miembros antiguos. Hay que citar a mi sobrina Marisol (hija de Vicente) que no pudo nadar pero allí estaba ¡faltaría mas!. Ahora doy nombres de los otros participantes (que no firmaron La Carta por no haber nacido en aquella fecha) y que son mis hijos Domingo y Ángelo y mi yerno Rodolfo, que cumplieron con lo estipulado, Igualmente cumplieron mis nietos Paula (hija de Domingo, Juangu Hijo de mi hija Puri y Angelito hijo de Ángelo en edades de 11 y 12 años.

He de agradecer a mi hijo Domingo que cuando estaba yo luchando a brazo partido con las series de olas grandes que me tenían acorralado y con patas arriba vino en mi ayuda y se lo agradecí diciéndole a grito pelado “coño, déjame que ya puedo yo vencer en esta lucha contando con mi experiencia y mi conocimiento de los puntos flacos del enemigo”. Por cierto Domingo fue el único que pudo subir a La Peña y alzar los brazos.

Esta historia verídica tiene unas partes sentimentales y emotivas que hicieron impacto, al menos en mi persona :

EN PRIMER LUGAR cuando con la Carta Magna en mano comenzamos a nombrar a los que faltaron (pasando lista) por ausencia ineludible, siendo el mas reciente el estimado amigo Emeterio Cabrera Romero (q.e.p.d.). Yo mentalmente tuve un recuerdo especial y saludé al irrepetible WISO (Luís Domínguez, que con su sonrisa sarcástica y pendenciera era siempre puntal presente en todos los eventos. También mención especial a Tony Gallardo y aquí me detengo por que sino tengo que citarlos a todos, Se requiere la presencia de su hermano Carlos y que no continué fallando.

EN SEGUNDO LUGAR fue que cuando estábamos de pié formando corrillo la inteligente “sin comillas” Pepita García me miró y arrancó cantando o tatareando nuestro himno playero EN FORMA (In the Moods) de Glen Miller y nos unimos los demás cantando en coro y a viva voz.

EN TERCER LUGAR fue cuando mis nietos participantes que quisieron tomar parte acompañando a su abuelo (Lelo) con la Carta Magna en las manos y cada uno a su turno (Paula, Juangu y Angelito) también leyeron cada uno por separado en voz alta trozos de lo escrito en la Carta Magna.

EN CUARTO LUGAR nos agradó la presencia del Padre sacerdote y profesor y gran conocido escritor D. Francisco José Ramiro y que unió en matrimonio a mi hija Puri-Fayna, y que estando ese día primero de enero en la avenida bajó a la arena al reconocer a los tres muchachitos que son o fueron alumnos en el Colegio Garoé, y con gran satisfacción ver al padre leyendo todo el contenido (no en voz alta) de la Carta Magna, y también le agradecemos las ideas y consejos que nos dio para plastificarla para su mejor conservación.

He de hacer constar que los tres nietos participaron por su propia iniciativa y aseguraron que repetirán para seguir con la historia. Yo les dejé participar porque en primer lugar todos son consumados nadadores participando en competiciones oficiales y además iban acompañados y bajo el control codo con codo de mi yerno Rodolfo que también es el entrenador oficial de todos ellos en el Club de Natación Metropole. Mis dos hijos son playeros y nadadores y acompañaban a su padre. Vicentito (Tito) hijo de mi hermano Vicente no se el motivo de su ausencia pero oí decir que aseguraba que el próximo año no fallará y además que no olvidará traer la batuta pues es director del Grupo musical Tabaiba. También no fallará Marisol.

También hay que mencionar la presencia en el lugar del hijo de Tony Gallardo, igualmente a Pepe Chirino (sobrino de Martín Chirino) y a Rafa (hijo de Pepe Rodríguez).

Y por último (que debe ser el primero) fue notoria la ausencia de Tino Armas que cuando no está en los alrededores parece que el agua de La Playa tiene otro color mas triste causando alboroto y preocupación a las dos gaviotas amigas normandas, que también tienen su historia, pues el año pasado asistieron haciendo notar su presencia en lo mas alto de la roca. Tino estuvo presente en horas tempraneras pero al ver las olas tremendas pensó que nuestro compromiso no podría cumplirse y se fue también a practicar su deporte favorito, surfing, por la otra zona de la playa.

Terminamos la fiesta los mas antiguos (fea palabra viejos) tomándonos un café en la terraza de la avenida, que somos Vicente (que cuando no esta presente parece que alguien se llevó la Peña La Vieja a otro lado. Su hija Marisol, Pepita García, Manolo Fabre, Héctor López y yo en pláticas amenas e interesantes. El amigo Julio Reyes no pudo quedarse por haber sufrido un contratiempo que le dejó un poco disgustado pero, amigo Julio, estaremos al pie del cañón aunque sea sin pólvora o mojada, que llegará pronto el próximo primero de enero de 2008.

Así lo espero,

Juan García, el cowboy. Si menciono solamente Juan García se enfadan los del Grupo porque dicen que Juárez garcía hay muchos.

Noticia de última hora es que mi nieto Angelito de 11 años, tan pronto llegar a su casa manifestó a sus padres que quiere firmar el pergamino y seguir cumpliendo con el compromiso junto a su abuelo Juan y a su padre y demás últimos de Filipinas.

Narración histórica de Juan García

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