La Playa de Las Canteras en el último siglo, según podemos ver a través de numerosas fotos, ha experimentado una transformación considerable. El Paseo que se empezó en los años 40, y que todavía no se ha terminado, ha favorecido enormemente su imagen. Pero la Playa en sí, ha perdido gran parte de su encanto, la mitad de ella está enterrada. Muchas «Peñas» han desaparecido, y otras, como El Peñón y la Peña del Pico, solo asoman una parte de lo que eran. La Barra Chica casi está besando la arena de la orilla. Para llegar a la Peña del Pico había que nadar diez metros en marea vacía. Sobresalía metro y medio por otro tanto de profundidad. Incluso tenía un hueco que atravesábamos margullando. En la actualidad te la encuentras enterrada en la orilla. En La Puntilla un enorme Sebadal Verde cubría todo el fondo marino, hoy está sepultado por la arena y si vamos a la parte de Los Lisos, casi no queda agua. En muchos tramos de La Playa no puedes nadar. Antes para ir a La Barra, tenías que ir nadando.
En los años 40 existían varios clubs en Las Canteras; El Tulipán, El Pala, El Club Marítimo…
El Club Marítimo de Las Canteras, estaba en la Calle Sagasta, próximo a la Calle Tenerife. Aparte de distinguirse por sus memorables fiestas y actos sociales, también tenía un equipo de natación. En sus Fiestas Anuales el Club Marítimo organizaba varios eventos acuáticos en La Playa. En el año 46, Antonio Quevedo, un chiquillo de 13 años, ganaba los 100 metros libres infantil. En la Travesía, Manolo Guerra del CN Alcaravaneras y Campeón de España de 200 metros braza, en un reñido codo a codo superaba a Juan Cabrera del Club Marítimo. Hubieron otros eventos, como partido de Waterpolo o la cogida de la Bandera después de caminar sobre un palo sebado, pero lo que causó mas expectación fue cuando echaron al agua a un cochino engrasado que los participantes tenían que agarrar. Después de muchos intentos frustrados por fin Marón se hizo con el cochino trincándolo por el nudillo de una pata. Marón era un hombre corpulento, consumado nadador y también destacado luchador, tanto de Lucha Canaria como de Lucha Libre. Un hombre carismático de la época.
Eran otros tiempos y otra gente.
La Playa podría recobrar su antigua configuración. No basta con darle una pasadita, habría que sacar mucha arena. Así como en su día supieron paralizar las extracciones de La Barra, hoy la solución parece que la tenemos en nuestras manos.