-Los comienzos del turismo en Gran Canaria fueron subsiguientes a la construcción del puerto de la Luz y al progreso del tráfico marítimo. La facilidad en las comunicaciones marítimas permitió una afluencia de visitantes europeos, predominantemente ingleses. Los integrantes de la colonia mercantil británica jugaron un específico papel de atracción y promoción del turismo de sus connacionales. El fenómeno coincidió con los objetivos de la débil burguesía y del sector mercantil insular que, junto a iniciativas como la propia construcción del Puerto, buscaba las fórmulas para el desenvolvimiento del turismo como fuente de riqueza. Nos ocupamos aquí de este tema en cuanto que el turismo es un hecho económico y social muy importante en la historia moderna de Las Palmas que en los finales del XIX influyó en sectores urbanos como el llamado Barrio de los Hoteles y que en la ciudad contemporánea ha constituido una base económica de la expansión urbana y ha tenido una influencia específica en la urbanización del sector turístico de la capital.
Era natural que los ingleses que disfrutaban nuestro benigno clima y admiraban el paisaje de la isla, hicieran propaganda de ésta entre sus parientes y conocidos de Inglaterra y de Europa. Elevado prototipo de estos entusiastas propagandistas de Gran Canaria fue como ya indicamos, Alfredo L. Jones, hombre de grandes iniciativas y señalado propulsor del turismo hacia Gran Canaria. Fue un extraordinario promotor del tráfico de viajeros hacia la isla y alentó la visita de personalidades inglesas, escritores, artistas, médicos, periodistas; patrocinó la publicación de guías, planos, folletos y elementos de propaganda; facilitó los medios para rápidas excursiones al interior para los turistas en ruta y encauzó un movimiento turístico hacia estas latitudes.
Sin duda los ingleses contribuyeron notablemente a la iniciación y primer desarrollo del turismo en Gran Canaria, al que cooperaron con sus líneas marítimas y sus empresas y estaciones portuarias. Pero también la iniciativa local se encaminaba hacia la promoción y explotación del turismo, con las miras puestas en el ejemplo del país pionero en esta industria: Suiza, que ya contaba con una tradición turística y hotelera iniciada con el establecimiento de la estación de Zermatt, a raíz de que fuera conquistado el Monte Cervino en 1867.
El año 1910 fue relevante en lo que se refiere a iniciativas y actividades destinadas a instrumentar tales aspiraciones. Se constituyó en esa fecha la Sociedad de Fomento de Gran Canaria, cuyos objetivos, según se expresaba en sus estatutos, eran los siguientes: fomentar y desarrollar el turismo; facilitar la colocación y negociación de empréstitos a obras locales; realizar toda clase de operaciones bancarias; construir, arrendar y comprar hoteles, sanatorios, balnearios y servicios de transportes terrestres-.
(Alfredo Herrera Piqué. Extracto del cap. VII “Introducción de la Tecnología Moderna en Las Palmas. La Presencia Mercantil Europea”, del libro LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, Segunda Parte. Editorial Rueda, 1984, pp. 313-314.)