Si hay algo digno de admirar en nuestra Playa de Las Canteras son sus puestas de Sol cuando la tarde empieza a languidecer y el astro rey traspone lentamente nuestras cumbres ocultando su brillante rostro sobre la majestuosidad del Teide.
Que colorido toma el cielo, con cambios de tonalidades marcando el horizonte: el rojo, el naranja, el rosa y el gris, así como colores difícil de definir, van acompañando al crepúsculo de la tarde hasta quedar diluidos en estelas luminosas que se van disipando con la caída de la noche. Para cualquier pintor debe ser una delicia plasmar en acuarela tal magnificencia. Y esto sucede todas las tardes sin que se repitan las mismas secuencias el día siguiente. Cada despedida del sol es una nueva manifestación de luces y maravillosos arabescos, llenando el cielo con sus figuras extrañas y caprichosas que dejan en nuestras retinas la sensación de éxtasis imborrable. Quien no haya contemplado un atardecer en Las Canteras no saben lo que se pierden, para los que cada día pisamos sus arenas, sus rocas, es una gozada. Debemos dar gracias al Creador de permitirnos gozar de estas maravillas donde por suerte para nosotros, la mano del hombre no ha podido degradar su obra y así seguirá por los siglos.
Manolo Monteiro