La historia de la urbanización de las Isletas comienza con la compra de don Nicolás Apolinario de las tierras de Santa Catalina. Estos terrenos salieron a subasta en 1860, se localizaban más al norte de la finca de los Wood y por lo tanto más lejanos aún de Las Palmas de entonces. Eran, sin duda, lugares distantes para el común de los habitantes de la ciudad. Por aquel año estas tierras eriales estaban ocupadas en su grandísima parte por médanos que configuraban un campo de dunas de aspecto lógicamente desértico. Únicamente tenían escaso interés los prácticamente deshabitados litorales, como el de poniente que era la playa del Arrecife (la hoy playa de Las Canteras). La finca comprada tenía una superficie de 62 Has. y 67 a.
Lindaba al naciente con la carretera de Las Palmas al Puerto de La Luz, al norte con La Isleta, al poniente con el mar (playa de Las Canteras, al sur con las montañas de arenas, barranco de Las Ballenas y desde éste al mar. Don Nicolás las adquirió sólo por 1.400 reales.
(Ojeda Quintana, Juan José) «La Desamortización en Canarias». Aquella compra «de nada», su precio de venta era equivalente al de una casucha de las sacadas a subasta en alguna calle secundaria del barrio de Vegueta, comprendía -sin adivinarse todavía su futuro valor- una extensión de terreno, sin duda, la más capitalizada y cotizada de la ciudad desde finales de ese siglo y el siguiente, e incluso hasta hoy. La nueva propiedad de D. Nicolás Apolinario abarcaba el Istmo de Guanarteme, toda la playa de Las Canteras, el Refugio, zona del Parque Santa Catalina hasta comienzos de Guanarteme y la zona de la Avenida de Mesa y López. Esta «mágica» propiedad se compró sólo a 22,22 r.v. la Ha., esto es a 1.650 pesetas o lo que es lo mismo a 0,16 pesetas el metro cuadrado. En cambio hoy, casi siglo y cuarto después, en la zona de lo que fue esa propiedad se han pagado precios astronómicos. Los tres sectores más cotizados hoy en Las Palmas pertenecen precisamente a esa zona y son en concreto Parque de Santa Catalina, que en las calles que dan al mismo se ha cotizado de 80.000 a 100.000 pesetas el metro cuadrado; la Avenida Mesa y López, tramo entre las calles General Vives a la Plaza de la Victoria (hoy de España), que se cotiza a 80.000 pesetas el metro cuadrado y playa de Las Canteras primera fila, donde el precio del metro cuadrado de solar está a 50.000 a 60.000 pesetas. Desde su compra y durante 21 años, estas tierras permanecieron desposeídas de interés urbano hasta que, con motivo de la R.O. de 25 de abril de 1881, se declaró al de La Luz en Las Palmas, Puerto de Refugio. Consecuencia de ello, el 8 de ¿unió de 1881 el Ayuntamiento encargaba al entonces maestro de obras Francisco de la Torre Sarmiento, la confección de planos de población «tanto del mencionado Puerto como del Arrecife (Desde la Sesión 8 de enero de 1879, el Pleno del Ayuntamiento, con motivo del fallecimiento reciente del arquitecto municipal D. José Antonio López Echegarreta, nombró en la práctica sustituto de aquél al citado maestro titular de obras). En 1883 el «plano de construcciones urbanas para el Puerto de La Luz» estaba levantado y aprobado, en Sesión del 4 de mayo de 1883. Desde entonces la familia Apolinario se predispone a sacarle rendimiento económico a aquellos terrenos hasta entonces desérticos. En el año siguiente de 1884, D. Manuel Apolinario Rodríguez, en concepto de copropietario con sus hermanos y sobrinos, se dirige al Ayuntamiento interesándose por el proyecto de urbanización que tiene aquél para esta zona «a efectos de expropiación». Desde esos mismos años la avalancha de compras de parcelas para construcción es incesante, con motivo del establecimiento y desarrollo del Puerto de Refugio de La Luz. No se produce ninguna otra novedad de importancia, que incorpore plusvalía a aquel suelo urbano, hasta 1936, cuando el Ayuntamiento adoptó como proyecto de urbanización definitivo de la playa de Las Canteras el de arquitecto Miguel Martínez Fernández de la Torre. Al año siguiente se empiezan ya a llevar a cabo las obras. Luego, en 1950, el Ayuntamiento aprobó también como iniciativa propia, la ejecución de una avenida entre el Arsenal y el barrio de Guanarteme (la hoy Avenida Mesa y López). Y, a partir de 1960 tuvo lugar la potenciación del turismo masivo de temporada sobre Las Palmas y, por consiguiente, la transformación profunda de las edificaciones.
José Ferreras Jiménez (Extracto de su libro»Gran Canaria, puente entre civilizaciones») Octubre 1992