Algunos de los bellos texto que escribió, antes de su fallecimiento, a su adorada Playa de Las Canteras
“Hoy he hecho un esfuerzo para llegar temprano a la playa. El sol anda todavía por la otra cara del istmo y el viento no asoma tampoco su melena. No miro hacia atrás ni hacia los lados sino que ando en busca de lo desconocido. La marea comienza a llenar, no siento temor, en cualquier parte de la playa encontraré buen arribo”.
“El sol, del cielo azul se ha desprendido. Por el tragaluz de las nubes, una lluvia oblicua de oro y sangre ahora se hace generosa (…) Me animo y bajo a la orilla. Me descalzo y me remango los pantalones. De esta guisa, con la cabeza gacha, las manos entrelazadas a la espalda, los pies chapoteando en el agua, consumo mi ración diaria de pasos medidos de los que me van restando para partir”.
“Hoy he ido a estar solo frente a la mar. Hoy les he dicho a mis parientes y amigos que no me acompañen. Le he rogado a todo el mundo que no vaya hoy a la playa. Les he gritado a cuantos me quieran oír que me reserven la playa entera por un día para mí solo, para yo sepultar en ella esta tristeza, bajo el agua, bajo la arena”.
“Mi playa de Las Canteras. Cuánto anhelo aferrarme a ella, a sus finas arenas cálidas (…) A estas alturas ya no sobrevive sino la memoria anónima, la memoria del cielo y del agua, de las algas y de la sal marina.
José Luis Gallardo
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