Las miles de mascarillas y guantes tirados en cunetas y aparcamientos acabarán en el mar y en la cadena trófica a través de los peces
El Cabildo dedicó el Día del Medio Ambiente a este nuevo problema
No es falta de información, es egoísmo
La falta de biodiversidad tendrá consecuencias en la vida
La última tortuga curada por el Cabildo expulsó 150 trozos de plásticos
Las mascarillas tardan 400 años en degradarse
Las mascarillas tiradas en cunetas y aparcamientos acabarán en la cadena trófica y envenenándonos, acabaremos friendo y sancochando sus trozos. No es falta de información, es egoísmo insolidario de una parte que causa gran impacto”.
El Cabildo de Gran Canaria dedicó hoy el día del Medio Ambiente a esta problema añadido, que no solo es medioambiental, es sanitario porque las mascarillas y los guantes son focos de infección, así que lanzará una campaña a pesar de que no se debe a la falta de conocimiento. Es porque no hemos aprendido la lección.
Una mascarilla tarda nada menos que 400 años en degradarse, y Gran Canaria usa del orden de dos millones a la semana, el daño que se confiere al ecosistema es muy importante, y además la desaparición de la biodiversidad tendrá consecuencias en la vida humana.
Como muestra de la afección en la biodiversidad, el Cabildo mostró la última tortuga tratada en su Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, cuya actividad es lamentablemente un reflejo de la acción del ser humano, pues este ejemplar ha expulsado nada menos que 150 trozos de plásticos y perdió una falange que hubo que apuntarle por redes enredadas.
Y corrió con suerte, ya que muchas hay que amputar desde el húmero, es decir, la aleta completa. Es una pena, estos animales llevan en el planeta desde la época de los dinosaurios y cada vez llegan menos ejemplares al centro, una posible causa es que estén desapareciendo. El cien por cien de los ejemplares tratados tienen plásticos. Y además son de todo tipo, desde trozos de bolsas y tapones a envoltorios, redes y rafias.
Al contenedor gris, y no hay más
Como muestra de que el ser humano no ha aprendido la lección, en Gran Canaria, los “desaprensivos” aprovecharon el confinamiento para tirar escombros, ahora están entrando en las Dunas de Maspalomas incluso a hacer botellones y a cruzarlas y, como consecuencia directa de la crisis sanitaria, ahora tiran miles de mascarillas en cualquier lugar, cuando el único posible es dentro de dos bolsas en el contenedor gris, y no hay más.
Hay que ir depositándolas en una bolsita e introducirla a su vez en la genérica que va al contenedor gris para que acabe en el vertedero, donde acaba lo que no es reciclable.
En cualquier caso, la primera acción debe ser minimizar esos residuos. Tal como ha establecido el Estado, hay que primar el uso de mascarillas reutilizables, emplear guantes solo en circunstancias muy concretas y optar por material que no sean de un solo uso en comercios, restaurantes y peluquerías, ya sean platos o toallas, y simplemente extremar su higiene.
El Cabildo de Gran Canaria pide a la población que siga estas recomendaciones e incluso que no se mantenga impasible ante comportamientos irresponsables, el objetivo es que cada persona ayude a que la sociedad escuche por fin lo que le demanda la naturaleza.
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